Jesús, no quiero abandonarte, antes bien, deseo dar testimonio de ti a los hombres. Quiero darte a conocer a quienes no han oído hablar de ti. Sé que no será fácil, porque el mundo odia los que te pertenecemos, pero “Tú has vencido al mundo”, y con esa confianza, quiero aventurarme en el anuncio de tu Persona. Catholic.net
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domingo, 3 de abril de 2022

El Vía Crucis - Estación 2: Jesús toma su cruz


Cristo cargando la cruz,
Pintura de Tiziano Vecelli, conocido como Tiziano (1488-1576),
Pintado hacia 1565,
Óleo sobre lienzo
© Museo del Prado, Madrid
 
Mateo 27:27-31

Entonces los soldados del gobernador llevaron a Jesús al cuartel general del gobernador, y reunieron a toda la cohorte a su alrededor.

Lo desnudaron y le pusieron un manto de color escarlata, y después de torcer algunas espinas para hacer una corona, se la pusieron en la cabeza.

Le pusieron una caña en la mano derecha, se arrodillaron ante él y se burlaron diciendo: "¡Salve, Rey de los judíos!". Le escupieron, tomaron la caña y le golpearon en la cabeza.

Después de burlarse de él, le despojaron de la túnica y le pusieron sus propias ropas.

Luego se lo llevaron para crucificarlo.

 
Reflexión sobre la pintura

Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos

Porque con tu santa cruz has redimido al mundo.


Ahí estás, Jesús mío: has tomado tu cruz. Te veo muy de cerca... la soga alrededor de tu cuello, la corona de espinas clavada en tu piel, las gotas de sangre en tu rostro... qué espectáculo. Nuestros ojos se encuentran. Me miras fijamente; los dos derramamos lágrimas. Tengo ganas de decirte que "pronto se acabará", pero eso no sería un consuelo para ti, ya que tienes que soportar muchas más torturas y crueldades en las próximas horas.

Así que todo lo que puede hacer es darte las gracias. Sé que haces todo esto por mí. Con silenciosa humildad y por amor a mí, tomaste tu cruz. Tus ojos me dicen que yo también debo tomar mi cruz y no limitarme a mirarla mientras me compadezco de mí mismo.


Padre nuestro, que estás en el cielo...

Ave María, llena de gracia...

Gloria al Padre y al Hijo...


Lectura normal del Evangelio del día: Juan 8:1-11


 

 


 

 

 


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