Jesús, no quiero abandonarte, antes bien, deseo dar testimonio de ti a los hombres. Quiero darte a conocer a quienes no han oído hablar de ti. Sé que no será fácil, porque el mundo odia los que te pertenecemos, pero “Tú has vencido al mundo”, y con esa confianza, quiero aventurarme en el anuncio de tu Persona. Catholic.net
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ACI prensa

La fe es garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven. http://la-oracion.com

viernes, 31 de mayo de 2013

Año de la Fe, con María



 


1.- Reza durante todo el mes de mayo, al inicio de la comida,
un Ave María.
Conseguirás, entre otras cosas, recordar y consolidar esta salutación
mariana salida de los labios del Ángel San Gabriel hacia la Virgen María.
¿Rezas el Ángelus a las 12 del mediodía?
¿Y tres avemarías antes de acostarte?
 
2.- Desde tiempos inmemoriales, la peregrinación, es un buscar
la presencia de Dios en lugares que nos hablan y nos acercan al Misterio.
Un santuario mariano puede ser un rincón en el que profesar y alimentar
aún más nuestra fe. ¿Cuánto hace que no “viajas” a un lugar donde la Virgen
te puede ayudar a encontrarte con Jesús?
 
3.- Recuperar la devoción mariana incluye, entre otras cosas, la escucha
de la Palabra de Dios.
Sin ella nuestro afecto a María quedaría incompleto. Siempre que participes
en una procesión o acto mariano, no olvides que el centro de todo ello
es la Eucaristía y, dentro de ella, la Palabra de Dios es esencial.
No podemos quedarnos en el amor a la Madre sabiendo que, Dios,
está por encima de todo. ¿Tienes a mano el evangelio o la biblia?
 
4.- El Rosario, lejos de ser una práctica desfasada (aunque lo sea
muchas veces centenaria) es una forma práctica de fijar en el
pensamiento las principales estampas de la vida de Cristo.
Sus misterios de gozo, dolor, luz y gloria nos ayudan a sintetizar y meditar
el núcleo de nuestra fe. ¿Sabes rezar el rosario? ¿Lo haces frecuentemente?
¿Lo enseñas a los que te rodean?
 
5.- El culto a la Virgen María, a la fuerza, ha de desembocar en la
adoración al Señor. Cruz y María, Pascua y Virgen van siempre de la mano.
¿Recurres a María como intercesora en los momentos más trascendentales
de tu vida? ¿Existe en tu hogar una imagen que recuerde que, la vida cristiana,
está cimentada en Cristo pero empujada por María?
 
6.- El papel de la Virgen María es inseparable de Cristo.
Avanzó con Él y estuvo con Él hasta el mismo momento en el que la cruz
se levantó en el calvario. ¿Permaneces al pie de los dolores de los más cercanos?
¿Eres consciente de que, como María, tú también puedes interceder ante Dios
para que ayude a los demás en sus pruebas o fracasos aparentes?
 
7. Por su total adhesión a la voluntad del Padre, a la obra redentora
de su Hijo, a toda moción del Espíritu Santo, la Virgen María es para
la Iglesia el modelo de la fe y de la caridad.
Colaboró por su fe, obediencia, disponibilidad y sencillez. ¿Te ofreces
a tu parroquia para que la obra de la evangelización siga adelante
en la caridad, la liturgia, la enseñanza o cualquier otro tipo de ejercicio
en el apostolado? ¿Eres de los que participas (como María) o de los que
miras (como el centurión)?
 
8. La misión maternal de María para con los hombres de ninguna
manera disminuye o hace sombra a la única mediación de Cristo,
sino que manifiesta su eficacia.
En efecto, todo el influjo de la Santísima Virgen en la salvación
de los hombres (LG60). ¿Quién es para ti María? ¿La colocas en el lugar
que le corresponde? ¿Después de mirar hacia ella…diriges tus ojos
hacia el sagrario que es donde está la fuente de todo bien?
 
9. En este Año de la Fe, al decir Creo en Dios, Creo en Cristo o Creo
en el Espíritu…
¿Recurres a María para que tu fe sea más valiente, entusiasta, convencida,
purificada y consolidada en el amor y por el amor? ¿Amas, como María,
a Dios, a Cristo y al Espíritu…con toda tu alma y todo tu ser?
 
10 ¡Díselo con flores! Un detalle vale poco y dice mucho.
¿Cuánto hace que no ofreces un ramo de flores a la Virgen de tu parroquia?
¿Cuánto hace que no llevas una estampa de la Madre de Dios en tu cartera,
en tu automóvil? ¿Cuánto hace que suprimiste de tu escritorio o de tu despacho
una imagen de María porque te daba vergüenza manifestar tu condición cristiana? 

celebrandolavida.org
 
Virgencita de Caacupe, Patrona del Paraguay
                                  


miércoles, 29 de mayo de 2013

Quiero estar contigo, Señor






Cerca para no perderte, y no perdiéndome de Ti,
no olvidar a los que, día a día, me rodean.
Que tu Palabra, Señor, sea la que me empuje
a no olvidarte, y no olvidándote,
dar razón de tu presencia aquí y ahora.

Quiero estar contigo, Señor.
Y, a pesar del vacío que existe en el mundo,
intentar llenarlo con mi débil esfuerzo,
con mis frágiles palabras,
con mi alegría fruto de mi encuentro contigo.
Ayúdame, Señor, a guardar tu Palabra.
A llevarla cosida a mis pensamientos.
A practicarla en las pequeñas obras de cada día.
A demostrarme a mí mismo
que, cumpliendo tus deseos,
y guardando tus promesas,
es como podré alcanzar la Vida Eterna.

Quiero estar contigo, Señor.
En las horas de luz, cuando a las claras te veo,
y en las noches oscuras, al sentir que te pierdo.
En las pruebas amargas, cuando eres mi bálsamo.
Y en los instantes de soledad cuando sólo avanzo.
Aquí me tienes, Señor, torpe y débil,
pero recordando que, cumplir y amar tu Palabra,
es la mejor autopista para llegarme hasta el cielo.
Amén.

P. Javier Leoz

celebrandolavida.org

martes, 28 de mayo de 2013

La oración del “NO SÉ”

ecce-homo
La oración es fácil y difícil a la vez. Es fácil porque es Dios el que toma la iniciativa y a nosotros nos toca responder. Es difícil porque nos gustaría “saber” muchas cosas en esta relación con Dios, pero con humildad tenemos que reconocer que no sabemos. Pero es precisamente en este “no saber” donde encontramos una gran riqueza si dejamos que Jesús nos hable…
Les presento una oración sencilla para poder rezar con humildad aprovechando nuestras debilidades.

Primera parte: mi alma le dice a Jesús: “no sé”,  y Jesús le contesta a mi alma…

Mi alma: "no sé” qué decir…
Jesús: es que no tienes que decir nada, tan sólo escucha.
Mi alma: "no sé” cómo comenzar…
Jesús: es que no hay que comenzar lo que inició desde toda la eternidad. Yo te amé con amor eterno.
Mi alma: "no sé” cómo entrar en presencia de Dios…
Jesús: me tienes dentro, busca bien, eres templo de Dios, haz silencio
Mi alma: "no sé” qué hacer en la oración…
Jesús: no tienes que hacer nada, sino dejarte mirar por mí, escucharme, lo demás, llega sólo.
Mi alma: “no sé” cómo escuchar…
Jesús: mi Palabra es eterna, inclínate hacia tu corazón, escúchalo, ahí está grabada
delante-de-ti

Segunda parte: la oración del “no sé” en algunos personajes del Nuevo Testamento

Magdalena: “no sé” perdonarme…
Jesús: no tienes que perdonarte, Yo te perdono y te levanto con dignidad, porque eres hija de un Rey.
Tomás: “no sé” cuál es el camino…
Jesús: ¿no ves el camino? Soy Yo, tócame, si te sujetas de mí y caminas a mi lado ya estás en el Camino y llegarás a la Verdad y la Vida.
Felipe: “no sé” quién es el Padre, no lo veo…
Jesús: quien me ha visto a mí, ha visto al Padre. Yo hago lo que es de su agrado.
Pedro: “no sé” caminar sobre el agua…
Jesús: fija en mí la mirada y podrás caminar sobre cualquier obstáculo. Si quitas tu mirada, te hundirás.
Samaritana: "no sé” dónde puedo saciar mi sed…
Jesús: ven a saciarte en mi fuente, Y soy el Agua que salta hasta la vida eterna.
Lázaro: "no sé” cómo asumir el dolor y la muerte…
Jesús: ¡no temas!, Yo Soy el Médico y la Medicina; la Resurrección y la Vida. El que cree en mí no morirá para siempre.
Zaqueo: "no sé” cómo llenar el vacío de mi vida…
Jesús: déjame entrar en tu casa y llenarte con mi compañía.
Juan: "no sé” permanecer de pie junto a la cruz sin sentirme desfallecer…
Jesús: si te caes, yo te sostendré. La fidelidad pasa por la valentía de reconocer que sin mí nada puedes, que tu fuerza soy yo.
Marta: "no sé” qué hacer con mis cansancios y preocupaciones…
Jesús: siéntate a mis pies, escucha mis Palabras, no te afanes tanto, no necesito que hagas mucho sino que ames mucho.
Buen ladrón: "no sé” cómo reparar mi daño, devolver lo que he robado…
Jesús: déjame robarte el corazón y llevarlo conmigo al cielo.

Ejercicio para la oración:

 Puedes ponerte en presencia de Dios y presentar tus “no sé”… a Cristo, escuchando cómo Él te va respondiendo y así, dejar que te llene de su sabiduría. Nosotros “no sabemos”, Él es la sabiduría infinita que nos ama, nos conoce y nos abraza.
Nos quiere enriquecer y por eso: “si quieres saber algo, no quieras saber algo en nada” (San Juan de la Cruz, Subida al Monte Carmelo)

  P. Guillermo Serra, L.C.; publicado originalmente en:http://www.la-oracion.com

Por Ti, Señor


Daremos razón de tu nombre,
aunque, el hablar de Ti,
nos cause desasosiego o incomprensión.
Ofreceremos, nuestras manos abiertas,
aún a riesgo de ser tratados como ilusos,
de que, lo que damos o hacemos,
no sirve de nada ante un mundo
en el que sólo se valora lo que se paga.

Por Ti, Señor.
Miraremos al cielo buscando
un rasgo de tu presencia.
Miraremos hacia el duro asfalto
para llevar tu Buena Noticia,
la alegría de tu ser resucitado,
tu Palabra, como aliento y vida,
tu rostro que tonifique
nuestra triste existencia.

Por Ti, Señor.
Amaremos, aun no siendo amados.
Y, en medida rebosante y sin cuenta,
colmaremos  y calmaremos
los corazones que necesitan paz,
las almas que se han tornado en tibias,
los pies que se resisten a caminar,
los ojos que se han quedado en el vacío.

Por Ti, Señor.
Mantendremos, eternamente nuevo,
el mandamiento que Tú nos dejaste:
amar, sin mirar a quién,
amar, sin contar las horas,
amar, con corazón y desde el corazón,
amar, buscando el bien del contrario,
amar, buscándote en el hermano.
Por Ti, Señor.

P. Javier Leoz
celebrandolavida.org
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