Jesús, no quiero abandonarte, antes bien, deseo dar testimonio de ti a los hombres. Quiero darte a conocer a quienes no han oído hablar de ti. Sé que no será fácil, porque el mundo odia los que te pertenecemos, pero “Tú has vencido al mundo”, y con esa confianza, quiero aventurarme en el anuncio de tu Persona. Catholic.net
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La fe es garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven. http://la-oracion.com

domingo, 31 de marzo de 2013

¡Feliz Pascua de Resurrección!


Feliz Pascua de Resurrección hermanos!
¡Feliz día de la luz!
¡Feliz futuro en el que amanece
un nuevo horizonte para el hombre!
¡Ha resucitado! ¡Aleluya!
 
Esta felicidad, hermanos,
no es igual que la del resto del año:
¡Ésta nos rescata de la tristeza!
 
Esta felicidad, hermanos,
no es la misma que –sin sentido–
nos deseamos en  la noche final del año:
¡Ésta es felicidad para siempre, no es para uno año,
es para el cielo, para todos!
Esta felicidad, hermanos, no la ofrece el licor,
la música, ni la superficialidad:
¡Ésta viene como portento
y horas grandes de Dios en la tierra!
 
Esta felicidad, hermanos,
no surge de las pequeñas movidas que nos montamos:
¡Ésta viene de lo más profundo del corazón de Dios!
 
Esta felicidad pascual, hermanos,
no es deleitada por los dulces de cada día:
¡Este “felices pascuas” arranca
de nuestro deseo de ser hombres nuevos!
Este deseo “felices pascuas” no nace del egoísmo.
¡Éste viene del amor de Dios sin condiciones!
Este aleluya, brillante y vibrante, triunfal y armonioso
no es entonado por instrumento humano:
¡Es ejecutado por la fe que nos anima
a creer en el Resucitado!
 
¡Aleluya, amigos todos!
Teniendo a Jesús por delante:
un sepulcro vacío,
unas mujeres que reconocen al Maestro,
unos discípulos, con virtudes y defectos,
una Virgen que contempla emocionada a Jesús vivo;
no tenemos derecho al desaliento,
no existe habitación para el temor,
no podemos dar la mano al pesimismo.
No hay lugar para la muerte ni para las noches oscuras.
¡Jesús ha resucitado!
¡Jesús ha prometido lo que cumplió!
¡Jesús es la alegría del mundo!
¡Jesús es el final de la muerte!
¡Jesús es el principio de la vida eterna!
¡Jesús es la razón de nuestra espera!
¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Mil veces aleluya!
¡Ha resucitado, el Señor!
¡Bendita la mañana que nos trajo tal noticia!
 
P. Javier Leoz

Novena a la Divina Misericordia - Día III

 
"Deseo que durante estos nueve días encamines almas hasta el manantial de Mi misericordia, para que encuentren allí la fortaleza, el refugio y toda aquella gracia que necesiten en las penalidades de la vida, y especialmente en la hora de la muerte. Cada día traerás a Mi corazón un grupo de almas diferentes y las sumergirás en el océano de Mi misericordia y Yo conduciré todas esas almas a la mansión de Mi Padre... Todos los días implorarás a Mi Padre gracias para esas almas en atención a los méritos de mi amarga Pasión."
Del diario de sor Faustina

La Novena a la Divina Misericordia se inicia el Viernes Santo y culmina el Domingo posterior a Pascua de Resurrección, en que se celebra la Fiesta de la Misericordia Divina según le pidiera Jesús a Sor Faustina. A través de esta maravillosa novena, Jesús nos pide rezar por toda la humanidad, por todas las almas incluidas los del Purgatorio. En cada día el Señor nos hace pedir por un grupo distinto de almas, hasta cubría ta todos aquellos que necesitan de Su Misericordia. Luego de cada oración culmina con el rezo de  la Coronilla a la Divina Misericordia, para encontrarla HAGA CLICK AQUI

DÍA TERCERO

Por todas las almas devotas y fieles

Misericordiosísimo Jesús, del tesoro de Tu misericordia distribuye Tus gracias a raudales entre todos y cada uno de nosotros. Acógenos en el seno de Tu Compasivísimo Corazón y no permitas que salgamos nunca. Te imploramos esta gracia en virtud del más excelso de los amores; aquel con el que Tu corazón arde tan fervorosamente por el Padre Celestial.
Padre Eterno, vuelve Tu piadosa mirada hacia las almas fieles, pues que guardan el legado de Tu Hijo. Por los méritos y dolores de Su Pasión, concédeles Tu bendición y tenlos siempre bajo Tu tutela. Que nunca claudiquen su amor o pierdan el tesoro de nuestra santa fe, sino que, con todos los Ángeles y Santos, glorifiquen tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.


Tres de la tarde: hora de la Gracia


Jesús pidió a Sor Faustina y por medio de ella a todo el mundo que se venere Su Pasión y Muerte a las tres de la tarde, hora en que Él murió en la Cruz.

Sus palabras fueron: "A las tres de la tarde implora Mi Misericordia especialmente para los pecadores. Y aunque sea un breve instante, piensa en Mi Pasión, sobre todo en el abandono en el momento de Mi agonía. Es la hora de la Gran Misericordia para todo el mundo... En esa hora no rehusaré nada al alma que me pida algo apelando a Mi Pasión."

Coronilla o Rosario de la Misericordia
 "Oh, qué enorme caudal de gracias derramaré sobre las almas que recen esta coronilla! Las entrañas de Mi Misericordia se enternecen por aquellos que rezan la coronilla."
Jesús enseñó a Sor Faustina que primero rezara ésta jaculatoria:


"Oh Sangre y Agua, que brotaron del Corazón de Jesús como una fuente de Misericordia para nosotros, en ustedes confío."

 
"La rezarás con un rosario común del modo siguiente: primero dirás un Padrenuestro, un Avemaría y el Credo."
"Después en las cuentas del Padrenuestro, dirás las siguientes palabras:"
 
Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, en expiación de nuestros pecados y los del mundo entero.

"En las cuentas del Avemaría, dirás las siguientes palabras:"
 
Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

"Para terminar dirás tres veces estas palabras:"

Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
    

Jesús, en Tí confío, más aumenta mi Fe.

 http://www.benditasalmas.org/interna_contenido.php?id=54

Ha Resucitado!!!


Al amanecer, tres mujeres van al sepulcro donde Jesús estaba enterrado y ven la piedra apartada, su Cuerpo ha desaparecido. Un Ángel les dice que ha resucitado. Van corriendo donde está la Virgen con los Apóstoles y les dan la gran noticia: ¡Ha resucitado! Pedro y Juan corren al sepulcro y ven el sudario vacío, aplanado, sin el Cuerpo. Ahora entienden que Jesús es quien dijo ser, el Hijo de Dios, Dios mismo. 

El desconsuelo que tenían el Viernes Santo se transforma en una alegría permanente que cambiará para siempre sus vidas, hasta el punto de llegar al martirio. Todos permanecen con la Virgen esperando el momento de volver a encontrarse con el Señor.

Desde entonces, han pasado dos mil años, y Jesús es el mismo ayer, hoy y siempre. Está vivo entre nosotros, y se ha quedado en la Eucaristía. Demos gracias a Dios.

Como Pedro y Juan, también nosotros tenemos que preocuparnos de que todos sepan que Jesús ha resucitado, que está vivo, que desea tratar con nosotros. Pidamos esta gracia.

             ¡Feliz Pascua de Resurrección!

sábado, 30 de marzo de 2013

Novena a la Divina Misericordia - Día II


 
"Deseo que durante estos nueve días encamines almas hasta el manantial de Mi misericordia, para que encuentren allí la fortaleza, el refugio y toda aquella gracia que necesiten en las penalidades de la vida, y especialmente en la hora de la muerte. Cada día traerás a Mi corazón un grupo de almas diferentes y las sumergirás en el océano de Mi misericordia y Yo conduciré todas esas almas a la mansión de Mi Padre... Todos los días implorarás a Mi Padre gracias para esas almas en atención a los méritos de mi amarga Pasión."
Del diario de sor Faustina

La Novena a la Divina Misericordia se inicia el Viernes Santo y culmina el Domingo posterior a Pascua de Resurrección, en que se celebra la Fiesta de la Misericordia Divina según le pidiera Jesús a Sor Faustina. A través de esta maravillosa novena, Jesús nos pide rezar por toda la humanidad, por todas las almas incluidas los del Purgatorio. En cada día el Señor nos hace pedir por un grupo distinto de almas, hasta cubría ta todos aquellos que necesitan de Su Misericordia. Luego de cada oración culmina con el rezo de  la Coronilla a la Divina Misericordia, para encontrarla HAGA CLICK AQUI

DÍA SEGUNDO

Por las almas de los sacerdotes y religiosos

Misericordiosísimo Jesús, de quien procede toda bondad, multiplica Tus gracias sobre las religiosas consagradas a Tu servicio, para que puedan hacer obras dignas de misericordia; y que todos aquellos que la vean, glorifiquen al Padre de Misericordia que está en el cielo.
Padre Eterno, vuelve Tu mirada misericordiosa hacia el grupo elegido de Tu viña (hacia las almas de sacerdotes y religiosos); dótalos con la fortaleza de Tus bendiciones. Por el amor del Corazón de Tu Hijo, en el cual están unidos, impárteles Tu poder y Tu luz, para que guíen a otros en el camino de la salvación y con una sola voz canten alabanzas a tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.

Tres de la tarde: hora de la Gracia


Jesús pidió a Sor Faustina y por medio de ella a todo el mundo que se venere Su Pasión y Muerte a las tres de la tarde, hora en que Él murió en la Cruz.

Sus palabras fueron: "A las tres de la tarde implora Mi Misericordia especialmente para los pecadores. Y aunque sea un breve instante, piensa en Mi Pasión, sobre todo en el abandono en el momento de Mi agonía. Es la hora de la Gran Misericordia para todo el mundo... En esa hora no rehusaré nada al alma que me pida algo apelando a Mi Pasión."

Coronilla o Rosario de la Misericordia

 "Oh, qué enorme caudal de gracias derramaré sobre las almas que recen esta coronilla! Las entrañas de Mi Misericordia se enternecen por aquellos que rezan la coronilla."
Jesús enseñó a Sor Faustina que primero rezara ésta jaculatoria:


"Oh Sangre y Agua, que brotaron del Corazón de Jesús como una fuente de Misericordia para nosotros, en ustedes confío."

 
"La rezarás con un rosario común del modo siguiente: primero dirás un Padrenuestro, un Avemaría y el Credo."
"Después en las cuentas del Padrenuestro, dirás las siguientes palabras:"
 
Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, en expiación de nuestros pecados y los del mundo entero.

"En las cuentas del Avemaría, dirás las siguientes palabras:"
 
Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

"Para terminar dirás tres veces estas palabras:"

Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
    

Jesús, en Tí confío, más aumenta mi Fe.

 http://www.benditasalmas.org/interna_contenido.php?id=54

Stabat Mater "Estaba la madre"


Stabat Mater (traducido del latín es "Estaba la madre") es un himno católico del siglo XIII atribuído al fraile franciscano Jacopone da Todi. Esta plegaria que comienza con las palabras Stabat Mater dolorosa (estaba la Madre sufriendo) medita sobre el sufrimiento de María la Madre de Jesús durante la crucifixión de éste.

Es uno de las composiciones literarias a la que más se le ha puesto música; cerca de 200 compositores diferentes. Múltiples compositores de distintas épocas, de género, de estilos y de visión musical han compuesto en base a este texto medieval. Entre los Compositores se cuentan Rossini, Franz Liszt, Krzysztof Penderecki, Giovanni Pierluigi da Palestrina, Francis Poulenc, Domenico Scarlatti, Antonio Vivaldi, Alessandro Scarlatti y Antonín Dvorák, siendo el más famoso el de Pergolesi.


Estaba la Madre dolorosa llorando junto a la cruz de la que pendía su hijo.
Su alma quejumbrosa, apesadumbrada y gimiente, atravesada por una espada.
¡Qué triste y afligida estaba la bendita Madre del hijo unigénito!
Se lamentaba y afligía y temblaba viendo sufrir a su divino hijo.

¿Qué hombre no lloraría viendo a la Madre de Cristo en tan gran suplicio? ¿Quién no se entristecería al contemplar a la querida Madre sufriendo con su hijo?
Por los pecados de su pueblo vio a Jesús en el tormento y sometido a azotes.
Ella vio a su dulce hijo entregar el espirítu y morir desamparado.
¡Madre, fuente de amor, hazme sentir todo tu dolor para que llore contigo!
Haz que arda mi corazón en el amor a Cristo Señor, para que así le complazca.
¡Santa María, hazlo así! Graba las heridas del Crucificado profundamente en mi corazón.
Comparte conmigo las penas de tu hijo herido, que se ha dignado a sufrir la pasión por mi.
Haz que llore contigo, que sufra con el Crucificado mientras viva.
Deseo permanecer contigo, cerca de la cruz, y compartir tu dolor.
Virgen excelsa entre las virgenes, no seas amarga conmigo, haz que contigo me lamente.
Haz que soporte la muerte de Cristo, haz que comparta su pasión y contemple sus heridas.
Haz que sus heridas me hieran, embriagado por esta cruz y por el amor de tu hijo.
Inflamado y ardiendo, que sea por ti defendido, oh Virgen, el día del Juicio.
Haz que sea protegido por la cruz, fortificado por la muerte de Cristo, fortalecido por la gracia.
Cuando muera mi cuerpo haz que se conceda a mi alma la gloria del paraíso.
Amén.

 http://webcatolicodejavier.org/StabatMater.html

viernes, 29 de marzo de 2013

Novena a la Divina Misericordia - Día I




 
"Deseo que durante estos nueve días encamines almas hasta el manantial de Mi misericordia, para que encuentren allí la fortaleza, el refugio y toda aquella gracia que necesiten en las penalidades de la vida, y especialmente en la hora de la muerte. Cada día traerás a Mi corazón un grupo de almas diferentes y las sumergirás en el océano de Mi misericordia y Yo conduciré todas esas almas a la mansión de Mi Padre... Todos los días implorarás a Mi Padre gracias para esas almas en atención a los méritos de mi amarga Pasión."
Del diario de sor Faustina

La Novena a la Divina Misericordia se inicia el Viernes Santo y culmina el Domingo posterior a Pascua de Resurrección, en que se celebra la Fiesta de la Misericordia Divina según le pidiera Jesús a Sor Faustina. A través de esta maravillosa novena, Jesús nos pide rezar por toda la humanidad, por todas las almas incluidas los del Purgatorio. En cada día el Señor nos hace pedir por un grupo distinto de almas, hasta cubría ta todos aquellos que necesitan de Su Misericordia. Luego de cada oración culmina con el rezo de  la Coronilla a la Divina Misericordia, para encontrarla HAGA CLICK AQUI
 

DÍA PRIMERO

Por todo el género humano,
especialmente por los pecadores

Misericordiosísimo Jesús, cuya prerrogativa es tener compasión de nosotros y perdonarnos, no mires nuestros pecados, sino la confianza que depositamos en Tu bondad infinita. Acógenos en la morada de Tu Piadosísimo Corazón y no permitas que salgamos jamás de él. Te lo pedimos por el amor que te une al Padre y al Espíritu Santo.
Padre Eterno, vuelve Tu compasiva mirada hacia todo el género humano y en especial hacia los pecadores, todos unidos en el Piadosísimo Corazón de Jesús. Por los méritos de Su Pasión, muéstranos Tu misericordia, para que alabemos la omnipotencia de Tu misericordia, por los siglos de los siglos. Amen.


Tres de la tarde: hora de la Gracia


Jesús pidió a Sor Faustina y por medio de ella a todo el mundo que se venere Su Pasión y Muerte a las tres de la tarde, hora en que Él murió en la Cruz.

Sus palabras fueron: "A las tres de la tarde implora Mi Misericordia especialmente para los pecadores. Y aunque sea un breve instante, piensa en Mi Pasión, sobre todo en el abandono en el momento de Mi agonía. Es la hora de la Gran Misericordia para todo el mundo... En esa hora no rehusaré nada al alma que me pida algo apelando a Mi Pasión."

Coronilla o Rosario de la Misericordia
"Oh, qué enorme caudal de gracias derramaré sobre las almas que recen esta coronilla! Las entrañas de Mi Misericordia se enternecen por aquellos que rezan la coronilla."

Jesús enseñó a Sor Faustina que primero rezara ésta jaculatoria:


"Oh Sangre y Agua, que brotaron del Corazón de Jesús como una fuente de Misericordia para nosotros, en ustedes confío."

 
"La rezarás con un rosario común del modo siguiente: primero dirás un Padrenuestro, un Avemaría y el Credo."
"Después en las cuentas del Padrenuestro, dirás las siguientes palabras:"
 
Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, en expiación de nuestros pecados y los del mundo entero.

"En las cuentas del Avemaría, dirás las siguientes palabras:"
 
Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

"Para terminar dirás tres veces estas palabras:"

Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
    

Jesús, en Tí confío, más aumenta mi Fe.

 http://www.benditasalmas.org/interna_contenido.php?id=54

Entonces, Jesús exclamó con gran voz...


"Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu". 
Y habiendo dicho esto, murió.
- Lucas 23:46


Foto: Google Imágenes

Viernes Santo



La celebración de la Pasión del Señor, en su estructura actual, fruto de una síntesis de diferentes tradiciones, puede ser justificada de este modo:
Pasión proclamada: Liturgia de la palabra.
Pasión invocada: Oraciones solemnes.
Pasión venerada: Adoración de la Cruz.
Pasión comunicada: Comunión eucarística.

La liturgia de la Palabra: Pasión proclamada. Después de una breve y austera procesión penitencial, es proclamada la Pasión en esta perspectiva:
1ª lectura: Is 52, 13-53, 12: la profecía del Siervo de Yahvé.
2ª lectura: Hb 4, 14-16; 5, 7-9: la obediencia del Hijo.
Evangelio: Jn 18, 1-19, 42: pasión de Jesús.

Pasión invocada: las solemnes oraciones: En este día en que se celebra la pasión de Cristo por la salvación de todos, la Iglesia extiende los brazos y el corazón para elevar una solemne y universal oración de intercesión por la salvación del mundo, con las diez solemnes oraciones.

Pasión venerada: la adoración de la Cruz. Una doble ritualización pone ante los ojos la sagrada pasión: la presentación de la Cruz como árbol de la vida y la adoración de la Cruz como un simple signo de amor y de gratitud.
La Cruz es el símbolo del amor, de la entrega absoluta, sin condiciones, de la plena disposición a la voluntad divina. La Cruz señala el norte y el sur, el este y el oeste, abarcándolo todo.
Adorar y besar la Cruz en el Viernes Santo es manifestar nuestra alegría por sentirnos salvados por el Crucificado, por pertenecerle desde nuestro bautismo.

Pasión comunicada: la comunión eucarística. No hay celebración eucarística, según la antigua costumbre de la Iglesia; pero no falta una comunión con el Cristo  Pascual, que permite entrar en el misterio mediante la unión sacramental con el cuerpo entregado por nosotros, con la sangre derramada por nosotros.

Así que hoy empezamos, propiamente, la celebración de la Pascua. Pascua significa “paso”, tránsito de Jesús a través de la muerte a la Nueva Vida. Este día está centrado todo él en la Cruz del Señor. Pero no con aire de tristeza, sino de celebración: la comunidad cristiana proclama la Pasión del Señor y adora su Cruz como el primer acto del Misterio Pascual. El color rojo, color de los mártires, no el morado (la Cuaresma termino ayer), nos recuerda pedagógicamente que no estamos en un funeral, ni guardando luto. Cristo Jesús, como Sumo Sacerdote en nombre de toda la humanidad, se ha entregado voluntariamente –el primer mártir-  para salvar a todos. Estamos ya en Triduo Pascual, y pasaremos del rojo del Viernes al blanco de la Vigilia.


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jueves, 28 de marzo de 2013

Jueves Santo


La celebración del Triduo Pascual empieza en la tarde del Jueves Santo y se prolonga hasta las vísperas del Domingo de Resurrección. Esta celebración se sitúa de cara a la celebración de la Vigilia Pascual, o sea, la Eucaristía única del Triduo Pascual.

El Jueves santo celebra el misterio del Cenáculo que mira hacia la cruz y la resurrección.

He aquí los cuatro momentos fundamentales de esta celebración:

La liturgia de la Palabra: existe una íntima conexión entre las lecturas en un pleno contexto pascual:
1ª lectura: Ex 12, 1-8, 11-14: La Cena pascual de Israel.
2ª lectura: 1 Co 11, 23-26: La institución de la Eucaristía.
Evangelio: Jn 13, 1-15: El mandato y ejemplo de amor-servicio.

El lavatorio de los pies: Siguiendo una antigua costumbre, se ritualiza el gesto apenas leído el texto o leyendo el texto en el evangelio del lavatorio de los pies, para expresar juntamente el sentido de abajamiento y de caridad que es característico de la Pascua de Jesús. Cristo da una lección plástica de actitud de servicio humilde que deben tener los cristianos. Los que están al frente de una comunidad (Papa, Obispos, Sacerdotes, religiosos, catequistas…) son los representantes de aquél que dijo que no había venido a ser servido, sino a servir. Ya se los había dicho con palabras y con hechos, pero ahora lo aprendieron con una especie de parábola en acción. Y oyeron muy bien la orden: “Haced también vosotros otro tanto: lavaos los pies los unos a los otros”.
Pero el sentido profundo del lavatorio de los pies por parte de Jesús hace referencia a su Pasión. Manifiesta la caridad total de quien va a dar su vida por todos, poniéndose a los pies de sus discípulos y despojándose ahora de su manto y sabiendo que al día siguiente va a ser despojado de todas sus vestiduras para entregar su vida en la cruz para la salvación del mundo.

La liturgia eucarística: La comunión bajo las dos especies para toda la asamblea pone de relieve la plena participación en el misterio eucarístico del Cenáculo donde nace el nuevo Pueblo de la Nueva Alianza.

La reserva del Santísimo Sacramento: El gesto funcional del conservar las especies sacramentales para la comunión del día siguiente y la tradición popular de la veneración del Santísimo se transforman en un momento altamente significativo de profesión de fe, de adoración de la presencia continua del Señor en su Iglesia. Todo se realiza con solemnidad en la reserva, con sobriedad en la continuación de la adoración.
Así, pues, la reserva eucarística se convierte en una ocasión estupenda para que la comunidad cristiana dedique su atención –contemplativa y adoradora- a ese Cristo que ha querido ser alimento para nosotros y ha pensado en darnos en este sacramento su Cuerpo y su Sangre de la Cruz. Esta atención especial es propia del jueves ya no el Viernes, en que la centralidad la va a tener la Cruz. 


miércoles, 27 de marzo de 2013

Semana Santa 2013. Pascua es Cristo vivo


Carta pastoral del cardenal Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, con ocasión de la próxima Semana Santa (25 de febrero de 2013)

A los párrocos y responsables de comunidades educativas:

Hace años que todos trabajamos por lograr que la iglesia esté en la calle tratando que se manifieste más la presencia de Jesús vivo. Es el esfuerzo de vivir aquello que rezamos tantas veces en la Misa “que todos los miembros de la Iglesia sepamos discernir los signos de los tiempos y crezcamos en la fidelidad al Evangelio; que nos preocupemos de compartir en la caridad las angustias y las tristezas, las alegrías y las esperanzas de los hombres, y así les mostremos el camino de la salvación” (1) En mayor o menor medida muchas comunidades aceptaron ese desafío. Aparecida confirmó el camino y nos mostró que, para que no sea un chispazo, necesitábamos una conversión pastoral. La necesitamos continuamente porque muchas veces tenemos la tentación de volver a las cebollitas de Egipto. Todos sabemos que la realidad de nuestras parroquias resulta acotada en relación a la cantidad de personas que hay y a las que no llegamos. La Iglesia que nos llama constantemente a una nueva evangelización nos pide poner gestos concretos que manifiesten la unción que hemos recibido. La permanencia en la unción se define en el caminar y en el hacer. Un hacer que no sólo son hechos sino un estilo que busca y desea poder participar del estilo de Jesús. El “hacerse todo a todos para ganar a algunos para Cristo” va por este lado. (2)

Salir, compartir y anunciar, sin lugar a dudas, exigen una ascesis de renuncia que es parte de la conversión pastoral. El miedo o el cansancio nos pueden jugar una mala pasada llevándonos a que nos quedemos con lo ya conocido que no ofrece dificultades, nos da una escenografía parcial de la realidad y nos deja tranquilos. Otras veces podemos caer en el encierro perfeccionista que nos aísla de los otros con excusas tales como: “Tengo mucho trabajo”, “no tengo gente”, “si hacemos esto o aquello ¿quién hace las cosas de la parroquia?”, etc.

Igual que en el año 2000 quisiera decirles: [/c]Los tiempos nos urgen. No tenemos derecho a quedarnos acariciándonos el alma. A quedarnos encerrados en nuestra cosita... chiquitita. No tenemos derecho a estar tranquilos y a querernos a nosotros mismos…Tenemos que salir a hablarle a esta gente de la ciudad a quien vimos en los balcones. Tenemos que salir de nuestra cáscara y decirles que Jesús vive, y que Jesús vive para él, para ella, y decírselo con alegría... aunque uno a veces parezca un poco loco.

Cuántos viejitos están con la vida aburrida, que no les alcanza, a veces, el dinero ni para comprar remedios. A cuántos nenes les están metiendo en la cabeza ideas que nosotros recogemos como gran novedad, cuando hace diez años las tiraron a la basura en Europa y en los Estados Unidos, y nosotros se las damos como gran progreso educativo.

Cuántos jóvenes pasan sus vidas aturdiéndose desde las drogas y el ruido, porque no tienen un sentido, porque nadie les contó que había algo grande. Cuántos nostálgicos, también los hay en nuestra ciudad, que necesitan un mostrador de estaño para ir saboreando grapa tras grapa y así ir olvidando.

Cuánta gente buena pero vanidosa que vive de la apariencia, y corre el peligro de caer en la soberbia y en el orgullo.

¿Y nosotros nos vamos a quedar en casa? ¿Nos vamos a quedar en la parroquia, encerrados? ¿Nos vamos a quedar en el chimenterío parroquial, o del colegio, en las internas eclesiales? ¡Cuando toda esta gente nos está esperando! ¡La gente de nuestra ciudad! Una ciudad que tiene reservas religiosas, que tiene reservas culturales, una ciudad preciosa, hermosa, pero que está muy tentada por Satanás. No podemos quedarnos nosotros solos, no podemos quedarnos aislados en la parroquia y en el colegio. [/c] (3)

La Semana Santa se nos presenta como una nueva oportunidad para desinstalar un modelo cerrado de experiencia evangelizadora que se reduce a “más de lo mismo” para instalar la Iglesia que es de “puertas abiertas” no porque sólo las abre para recibir sino que las tiene abiertas para salir y celebrar, ayudando a aquellos que no se acercan.

Con estos pensamientos miro la próxima celebración de Ramos, es la fiesta del andar de Jesús en medio de su pueblo siendo bendición para todos los que se encontraban a su paso. Les ruego que no privaticemos la fiesta que es para todos y no para algunos. La Arquidiócesis ha hecho la opción de celebrarla. misioneramente el sábado por la tarde desde las columnas y puestos misioneros en las distintas Vicarías. Sin embargo la adhesión es todavía muy pobre. Por eso les pido a los Párrocos y a los responsables de los Colegios que convoquen y movilicen sus comunidades para ese momento fuerte de fe y anuncio con la certeza de que la vida de nuestros fieles se renueva cuando experimentan la belleza y alegría de acercarse a los hermanos para compartir la fe: "es imposible que un hombre haya acogido la Palabra y se haya entregado al Reino sin convertirse en alguien que a su vez da testimonio y anuncia". (4)

Les agradezco desde ya todo lo que hagan en este sentido.

Con paternal afecto

Card. Jorge Mario Bergoglio SJ, arzobispo de Buenos Aires
25 de febrero de 2013.

----------------

(1) P. E. V c 
(2) Misa Crismal 2012 
(3) EAC 2000 
(4) Evangelii nuntiandi 24  
Autor: S.S. | Fuente: http://www.aica.org/
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