Jesús, no quiero abandonarte, antes bien, deseo dar testimonio de ti a los hombres. Quiero darte a conocer a quienes no han oído hablar de ti. Sé que no será fácil, porque el mundo odia los que te pertenecemos, pero “Tú has vencido al mundo”, y con esa confianza, quiero aventurarme en el anuncio de tu Persona. Catholic.net
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La fe es garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven. http://la-oracion.com

lunes, 31 de marzo de 2014

El “Padre Nuestro” de Santa Matilde por las pobres almas.




El “Padre Nuestro” de Santa Matilde por las pobres almas.

Cada vez que Santa Matilde rezaba esta oración ella veía ejércitos de jóvenes almas entrar al Cielo.
 
Esto sucedió en Suiza en Einsiedeln, lugar de peregrinación mariana; era invierno, un día de la semana y la iglesia estaba casi vacía; Aloisa rezaba con us padres: Mirando hacia el altar principal, advirtió la presencia de una religiosa muy mayor, vestida con un hábito muy antiguo, de una época lejana. Se dirigió hacia ella y la religiosa le entregó un pliego de oraciones que introdujo mecánicamente en su bolsillo.
Se produjo entonces algo sorprendente, la puerta de entrada se abrió de repente y Aloisa vio entrar a una muchedumbre de peregrinos, todos pobremente vestidos, que caminaban con pasos silenciosos, como fantasmas: un río de peregrinos de una longuitud casi interminable entraba en la iglesia; había un sacerdote que les indicaba el camino.
La campesina se preguntaba con extrañeza como como iba a caber esa enorme muchedumbre en la iglesia. A continuación se giró un corto instante para encender un cirio y, cuando volvió a mirar hacia atrás, la iglesia estaba tan vacía como al principio.
Llena de asombro, preguntó a sus padres donde se había ido toda esa gente. Pero ninguno de los que la acompañaban había observado el desfile de peregrinos ni había visto a la religiosa.
Sin entender lo que sucedía, buscó en su bolsillo el pliego que le habia entregado la religiosa; este pliego que tenía entre sus manos le demostraba claramente que en modo alguno había soñado. Contenía una oración que el Señor Jesucristo había enseñado antaño a Santa Matilde, en una de sus apariciones. Era el Padrenuestro de Santa Matilde por las almas del Purgatorio.
Cada vez que Santa Matilde recitaba esta oración, veía legiones de almas del Purgatorio subir al cielo.
 
ORACIÓN DEL “PADRE NUESTRO” DE SANTA MATILDE

Padre Nuestro que estás en los Cielos

Yo te suplico, oh Padre Celestial, perdona a las pobres almas del purgatorio porque ellas no te han amado como su Señor y Padre que por Tu amor y generosidad habías acogido como hijas, y no Te han rendido ese amor que Te correspondía, sino que con el pecado Te han echado de su corazón, donde Tu querías habitar para siempre. En reparación de esas culpas yo te ofrezco ese amor y ese honor, que Tu Unigénito Hijo Te ha tributado durante su vida terrenal, y todas las obras y las penitencias y las reparaciones con las que Él ha lavado y expiado todas las culpas de los hombres. (Recítese 10 veces JESUS MIO, MISERICORDIA, y se ganarán 100 días de indulgencias por las benditas Almas del purgatorio)
 
Santificado sea tu nombre…

Yo te suplico incesantemente, Clementísimo Padre, perdona a las pobres almas, porque ellas no siempre han sabido respetar y honrar Tu Santo Nombre, sino que a menudo lo han tenido irreflexiva y superficialmente en los labios y con una vida pecaminosa se han hecho indignas del nombre de cristianas. En satisfacción de estos pecados yo Te ofrezco el honor que Tu amado Hijo Te ha dado en la Tierra con su Palabra y acciones y ha glorificado Tu Nombre.
JESUS MIO, MISERICORDIA

Venga a tu reino…

Yo te ruego oh, Clementísimo Padre, perdona a las pobres almas porque ellas no siempre han deseado ardientemente Tu Reino, donde solo está la verdadera paz, el verdadero descanso. En reparación de la superficialidad en realizar el bien, yo Te ofrezco los santos anhelos de Tu Hijo, con los cuales Él busca, desea y quiere que ellas también sean coherederas de Tu Reino.
JESUS MIO, MISERICORDIA

Hágase Tu voluntad en el Cielo como en la tierra…

Yo Te ruego, Clementísimo Padre, perdona a las pobres almas, porque ellas no han sometido su voluntad a la Tuya y no siempre han tratado de realizarla en todas las cosas, sino que a menudo han vivido según sus gustos, a su manera, han obrado y se han comportado contra tu Querer. Por su desobediencia yo Te ofrezco una perfecta unión del corazón muy querido de Tu Hijo con tu Santísima Voluntad y su profunda sumisión, habiendo sido Él obediente hasta la muerte.
JESUS MIO, MISERICORDIA

Danos hoy nuestro pan de cada día…

Yo Te ruego, Padre Bueno, perdona a las pobres almas porque ellas han recibido muchas veces el Santísimo Sacramento del Altar sin un vivo deseo, sin atención, sin ardiente amor y hasta indignamente, y con gran descuido al recibirlo. Por todos estos pecados suyos yo Te ofrezco la gran Santidad y Devoción de Jesucristo, Hijo Tuyo, como también su ardiente Amor, con el cual nos ha entregado este bien tan adorable.
JESUS MIO, MISERICORDIA

Perdona nuestras deudas, como nosotros perdonamos a nuestros deudores…

Yo Te ruego, amadísimo Padre, perdona a las pobres almas del Purgatorio todos los pecados de los cuales están cargadas, de los siete pecados capitales, y sobre todo, porque ellas no han amado a sus enemigos y no los han querido perdonar. Por estos pecados yo Te ofrezco, la amorosa plegaria, que Tu Hijo Te ha dirigido desde la Santa Cruz por todos sus enemigos.
JESUS MIO, MISERICORDIA
 
Y no nos dejes caer en la tentación…

Yo Te ruego, clementísimo Padre, perdona a las pobres almas porque ellas muchas veces no han opuesto ninguna resistencia a las tentaciones y a sus pasiones sino que han seguido al enemigo maligno y han satisfecho los deseos de la carne. Por toda esta variedad de faltas y pecados yo Te ofrezco su Santísima Vida, sus fatigas, su trabajo y su amarguísima Pasión y Muerte.
JESUS MIO, MISERICORDIA
 
http://oracionesmaspoderosas.blogspot.com/2012/01/padre-nuestro-de-sta-matilde-para.html


Solo sé que veo, Señor!




Sólo sé que, en la oscuridad, me perdía
y, desde que te encontré, he encontrado razones para vivir.

Sólo sé que, creía saberlo todo
y, desde que te encontré, comprendí que me faltaba la auténtica sabiduría.

Sólo sé que, pensaba contemplarlo todo
y, desde que te encontré, todas las cosas han recobrado otro color.

Sólo sé que, me sentía muy seguro de mí mismo
y, desde que te encontré, ya no camino por arenas movedizas.

Sólo sé que, ahora más que nunca,
estoy hecho para la vida más allá de la muerte.

Sólo sé que, ante tanto fuego de artificio,
sólo Tú, Señor, eres la LUZ verdadera.

Sólo sé que, no hay mayor pecado que el cerrarse a la gracia,
sabiendo que Tú la das gratuitamente.

Sólo sé que, no por solamente ver,
sigo creyendo y esperando en tus promesas como el mayor de los milagros.

Sólo sé qué, vivía en un mundo vacío,
y Tú, con tu paso, lo has llenado todo.

Sólo sé qué, mis ojos me dictaban cómo era todo,
y mi corazón me susurraba que le faltaba "Alguien".

Sólo sé qué, aún viendo no te veía,
y ahora sin verte estoy más seguro de conocerte.

Sólo sé qué, el mundo puede dar respuesta a mi ceguera física
pero, sólo Tú Señor, eres capaz de abrirme el entendimiento y el corazón a lo verdaderamente importante.

Ayúdame, Señor, a mirar con amor. A ver las cosas como Tú las ves.
Y si es necesario, Señor, opérame con el láser de tu gracia divina.
Amén.

P. Javier Leoz
 
 

domingo, 30 de marzo de 2014

La belleza valiente de la fe

Creer nunca ha sido fácil. Abrirse a un Hombre venido de Galilea, acoger un mensaje contra la lógica del mundo, enfrentarse a las potencias del mal, proclamar una ley de misericordia y perdón, confirmar la Buena noticia con la Sangre en el Calvario y la Resurrección la mañana de Pascua… Parecen provocaciones que superan los límites de la “prudencia” y del sentido común.

Pero así nació, hace 2000 años, la Iglesia católica. Acogió el mensaje del Maestro, predicó desde los techos, sufrió persecuciones, enseñó a perdonar al enemigo, promovió un nuevo estilo de vida, se puso al servicio de los pobres y los últimos…

El cristianismo presenta una belleza inaudita. Abre el mundo a Dios porque afirma que Dios vino al mundo. Ofrece la paz que recibe de Jesucristo. Enseña una doctrina única en la que se vislumbra un núcleo radiante: Dios es Amor, Dios es Trinidad, Dios es misericordia.

El mundo romano no fue capaz de entender aquella novedad. Encarceló y mató a cientos de creyentes. El mundo moderno tampoco comprende un Evangelio construido desde paradojas magníficas: perder la vida para ganarla, morir para vivir, dar para recibir, perdonar para implantar una justicia más completa.

Hoy, como en el pasado, es posible decir “creo” desde una valentía que viene de la gracia. Los mártires de todos los tiempos muestran hasta qué punto la fe sostiene a hombres y mujeres en el momento de la prueba. Sin que lleguen al derramamiento de su sangre, también da fuerzas a millones de bautizados que sufren discriminaciones, burlas, desprecios, entre los suyos y ante un mundo fascinado por engaños pasajeros.

Hay una belleza valiente en el mundo de la fe. Dar el paso cuesta. Pero, una vez dado, la certeza de que Cristo vive y actúa con su Espíritu consuela a los corazones y permite caminar, cada día, con un canto sencillo de gratitud, de esperanza y de alegría.

 http://periodismocatolico.com/2014/03/28/la-belleza-valiente-de-la-fe/

sábado, 29 de marzo de 2014

A la Virgen de Itatí ...




09-09-01

F. Ayer me fui a Itatí y durante la Misa el padre dijo que le regaláramos algo a la Virgen por Su cumpleaños, entonces escuché que Jesús me dijo que quería que me haga más chiquitita en Sus brazos y me dejara llevar más para que pueda sorprenderme con Sus regalos.

J. Te regalé un esposo para que también te dejes amar por él.
Te regalé al p. José para que también te dejes amar por él.
Te regalé una comunidad para que te dejes amar por ella.
Te regalé una Madre para que te dejes amar por Ella.
Te regalé un hijito para que te dejes amar por él.




 http://www.dejate-amar.com/esp/
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