María
tendrá siempre una gran importancia en mi vida sobre todo teniendo en
cuenta que nací cerca del Santuario Nuestra Señora del Cabo,
importantísimo en Quebec. Cada vez que le rezo, por ejemplo al recitar
el Rosario, o al «caminarle» con mi esposa, sé que los santos no están
muy lejos, sin hablar de los ángeles. (…)
María intercede por nosotros aquí abajo. No se separa a María de sus hijos, en el cielo y en la tierra, como no se la separa de Jesús y de la Iglesia. Rezar a María, es rezar a Jesús. (…) Está cerca de nosotros como está cerca de Dios. ¿Cómo no amarla? Al mirarla, seremos mejores.
Es más Madre que Reina, ¿cómo haría para desaparecer la gloria de sus hijos?, se exclama Teresita, el 21 de agosto de 1897: «No podemos decir que debido a sus prerrogativas eclipsa la gloria de todos los santos, como el sol al amanecer hace desaparecer los estrellas. ¡Dios mío! ¡Qué extraño! ¡Una Madre que hace que desaparezca la gloria de sus hijos! Yo pienso todo lo contrario, creo que aumenta en mucho el esplendor de los elegidos.»
María intercede por nosotros aquí abajo. No se separa a María de sus hijos, en el cielo y en la tierra, como no se la separa de Jesús y de la Iglesia. Rezar a María, es rezar a Jesús. (…) Está cerca de nosotros como está cerca de Dios. ¿Cómo no amarla? Al mirarla, seremos mejores.
Es más Madre que Reina, ¿cómo haría para desaparecer la gloria de sus hijos?, se exclama Teresita, el 21 de agosto de 1897: «No podemos decir que debido a sus prerrogativas eclipsa la gloria de todos los santos, como el sol al amanecer hace desaparecer los estrellas. ¡Dios mío! ¡Qué extraño! ¡Una Madre que hace que desaparezca la gloria de sus hijos! Yo pienso todo lo contrario, creo que aumenta en mucho el esplendor de los elegidos.»
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