Jesús, no quiero abandonarte, antes bien, deseo dar testimonio de ti a los hombres. Quiero darte a conocer a quienes no han oído hablar de ti. Sé que no será fácil, porque el mundo odia los que te pertenecemos, pero “Tú has vencido al mundo”, y con esa confianza, quiero aventurarme en el anuncio de tu Persona. Catholic.net
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ACI prensa

La fe es garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven. http://la-oracion.com

jueves, 31 de enero de 2013

Frases destacadas de San Juan Bosco.






1.- Entre vosotros jóvenes, es donde me encuentro bien

2.- Cuando estoy lejos de vosotros me falta algo

3.- Iría hasta Superga arrastrando la lengua con tal de salvar un alma

4.- Un buen consejo lo aceptaría aunque viniera del diablo

5.- Estad siempre unidos al Señor

6.- Aquí hacemos consistir la santidad en estar siempre alegres

7.- Trabajo, trabajo, trabajo

8.- Ahora hemos de trabajar, ya descansaremos en el paraíso

9.- Quien deja una casa por seguir la vocación encuentra ciento

10.- Dadme almas y quedaos el resto

11.- Hemos de hacer buenos cristianos y honrados ciudadanos

12.- Salud, sabiduría, santidad (son las tras « S» en las que insistía Don Bosco)

13.- Decían de él: cuando Don Bosco está muy alegre es que tiene algún problema

14.- Ante la cantidad de obras que realiza, Don Bosco decía:

«Yo voy adelante haciendo como la locomotora, puf, puf, puf...»  
(«Puf» en piamontés significa «deudas»)

15.- Nunca hay que decir « no me toca», sino « ¡Voy yo!»

16.- Mi sistema se basa en la religión, la razón y el amor

17.- A1 dar cultura y principios religiosos prevenimos a los delincuentes.

18.- Más moscas se cazan con una gota de miel que con un barril de vinagre

19.- Vosotros jóvenes sois los responsables de vuestro futuro

20.- La Eucaristía y la Virgen son las dos columnas que han de sostener nuestras vidas

21.- Sed devotos del Papa, es una de nuestras principales devociones

22.- Tristeza y melancolía fuera de la casa mía

23.- Dios te ve

24.- Como padres amorosos corrijamos siempre con amabilidad

25.- Por los jóvenes hemos de estar dispuestos a soportar cualquier contratiempo y fatiga

26.- Los jóvenes no sólo deben ser amados, sino que deben notar que se les ama

27.- Amemos lo que aman los jóvenes

28.- Procurad siempre vivir en la amistad de Dios


http://webcatolicodejavier.org/SanJuanBosco.html

miércoles, 30 de enero de 2013

OCHO PRINCIPIOS DE LA FELICIDAD


SUFICIENTE FE   para reconocer la realidad de la presencia de Dios.

SUFICIENTE ESPERANZA   para apartar la preocupación del porvenir.

SUFICIENTE CARIDAD  para reconocer el bien en casa del vecino.

SUFICIENTE PACIENCIA  para trabajar hasta el término de tus tareas.

SUFICIENTE VALOR   para confesar tus faltas y corregirlas.

SUFICIENTE SALUD  para que el trabajo sea un placer.

SUFICIENTES FUERZAS  para afrontar las dificultades y vencerlas.

SUFICIENTES INGRESOS    para asegurar la satisfacción de tus necesidades.


Autor: Johann Wolfgang Goethe
VALORES- encuentra.com 

lunes, 28 de enero de 2013

Los ojos… puestos en Ti

Los  que esperan…
tienen los ojos puestos en Ti,
para  que no les defraudes.

Los  que desesperan…
tienen los ojos puestos en Ti,
para  que les des esperanza.

Los  tristes….
tienen los ojos puestos en Ti,
para que les bendigas con la alegría.

Los  abatidos…
tienen los ojos puestos en Ti,
para  que les levantes.

Los  decepcionados…
tienen los ojos puestos en Ti,
para que sean optimistas.

Los  pobres….
tienen los ojos puestos en Ti,
para  que se sientan ricos.

Los  orgullosos…
que tengan los ojos puestos en Ti,
y  devuélveles la humildad.

Los  vanidosos…
que pongan los ojos en Ti,
y  sientan que son poco o nada.

Los  confundidos…
tienen los ojos puestos en Ti,
para  que Tú les señales un camino.

Los  sordos…..
tienen los ojos puestos en Ti,
para  que tu Palabra los haga sensibles.

Los  despistados…
tienen los ojos puestos en Ti,
para  que encuentren certezas.

Los  sufridos…
tienen los ojos puestos en Ti,
para que les ayudes en dar con la justicia.

Los  hambrientos…
tienen los ojos puestos en Ti,
para  que el mundo no olvide a los pobres.

Los  perseguidos….
tienen los ojos puestos en Ti,
para  que les sean libres.

Los  calumniados…
tienen los ojos puestos en Ti,
para  que sigan adelante en su verdad.
Amén.


P. Javier Leoz
celebrandolavida.org

domingo, 27 de enero de 2013

El Espíritu del Señor está sobre Mí




Toda la vida de Jesús se desarrolla bajo la acción del Espíritu Santo; al comienzo es El quien cubre con su sombra a la Virgen María en el misterio inefable de la Encarnación; en el río Jordán es también El quien da testimonio del Hijo predilecto del Padre y quien lo conduce al desierto. En la sinagoga de Nazareth Jesús en persona afirma: "El Espíritu del Señor está sobre Mí" (Lc 4,18). Este mismo Espíritu, El lo promete a los discípulos como garantía perenne de su presencia en medio de ellos. Sobre la Cruz lo devuelve al Padre (cfr Jn 19,30), sellando de este modo, al amanecer de la Pascua, la Nueva Alianza. El, el día de Pentecostés, por fin, lo derrama sobre toda la comunidad primitiva para consolidarla en la fe y lanzarla por los caminos del mundo.
La liturgia de este Domingo nos propone meditar sobre el siguiente texto del Evangelio de San Lucas 4, 14-21
"Jesús volvió a Galilea con el poder el Espíritu y su fama se extendió en toda la región.

Enseñaba en las sinagogas y todos lo alababan.

Jesús fue a Nazaret, donde se había criado; el sábado entró como de costumbre en la sinagoga y se levantó para hacer la lectura.

Le presentaron el libro del profeta Isaías y, abriéndolo, encontró el pasaje donde estaba escrito:

"El Espíritu del Señor está sobre Mí, porque me ha consagrado por la unción. El me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor".

Jesús cerró el Libro, lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos en la sinagoga tenían los ojos fijos en Él.

Entonces comenzó a decirles: «Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír»
¯¯¯

sábado, 26 de enero de 2013

El sábado, día mariano



El sábado es el día bendito por Dios más que los otros días, Dios bendice el séptimo día (cf. Gn 2, 3) y María es la “bendita entre la mujeres” (Lc 1, 42).  

El sábado es el día santificado por Dios y María también es la “llena de gracia” (Lc 1, 28), es pues justo consagrar el día santo a la Toda santa. O bien, el sábado es el día donde Dios acabó la obra de la naturaleza, y en María Dios acabó la obra de la gracia.  


El sábado es el día en que Dios, después de la obra de la creación, descansó (Gn 2,2) pero el verdadero “descanso” de Dios es María, a quien la liturgia aplica Sir 24,8 : “El que me creó me indicó dónde levantar mi tienda” porque Dios descansa en una alma que lo contenta, María. La Biblia dice también que Dios ha descansado en su sagrario. Humbert dice: “el sábado y la Virgen están pues asociados: el sábado es el día y María es el lugar donde Dios descansa”.


Humbert de Romanis,
In Quare b.Virgini sabbatum dicatur : De vita regulari, II, pp. 72-75


Un minuto con María 
mariadenazareth.org 

viernes, 25 de enero de 2013

¿Cómo mejorar tu oración con un cambio de vocabulario?

Te habrá sucedido que asumes un compromiso y luego no tienes ganas de hacerlo. Tu actitud: "tengo que hacerlo porque no me queda más remedio", pero vas de mala gana.
actitud positiva

A mí se me acaban las fuerzas por la noche. Hacia las 9.30 de la noche tengo mucho sueño y no puedo más. Desde que entré a la vida religiosa asumí el compromiso de hacer una hora de adoración a Cristo Eucaristía los jueves por la noche, además de la media hora de adoración eucarística que tenemos todas las noches en mi comunidad. Debo confesar que siempre me ha resultado un compromiso pesado. Me entra mucho sueño y a veces siento que la hora se vuelve eterna.
Tal vez algún día hayas sentido lo mismo con la misa dominical, o con tu meditación diaria, o con el rezo del rosario. Llega el domingo y: "¡Qué flojera ir a misa! Preferiría quedarme en la casa viendo un partido o una película y luego hacer un poco de deporte" Y vas a misa, porque todo cabe si te organizas, pero tu actitud no fue la mejor. Y seguramente tampoco la aprovechaste ni la disfrutaste igual de bien.
Cuando Jesucristo convocó a sus apóstoles en la última cena les dijo: "Cuánto he deseado celebrar esta pascua con vosotros" (Lc 22, 15) Su pascua era el sacrificio de su propia vida, la hora de su muerte. Y dijo: ¡cuánto he deseado este momento! Y sabemos que la oración en Getsemaní, en que pasó miedo y angustia y sudó gotas de sangre por el sufrimiento moral que llevaba dentro, fue algo terriblemente doloroso para Jesús. Lo que él deseaba era dar amor, salvarnos, hacer la Voluntad de su Padre, y eso lo quería con toda determinación.

quiero y me gusta

Una cosa es no tener ganas o no tener fuerza, otra cosa es no quererlo. En el fondo te gusta porque lo quieres. Entonces interviene el cambio de actitud y la fuerza de voluntad: poner amor, como lo hizo Jesucristo en la cruz.

"La oración no se reduce al brote espontáneo de un impulso interior: para orar es necesario querer orar." (Catecismo de la Iglesia Católica n. 2650)

No se trata de un lavado de cerebro personal, sino de poner delante de sí mismo las motivaciones por las cuales se hacen las cosas y adoptar una actitud positiva ante las responsabilidades.
Un cambio de vocabulario puede mejorar notablemente tu actitud. Lo he experimentado en carne propia a partir del momento en que los jueves por la tarde, al recordar que era jueves y tenía hora eucarística, comencé a decirme a mí mismo: "Qué bueno, hoy es jueves, esta noche quiero estar una hora adorando a Cristo Eucaristía". Ya no "tengo que" sino "quiero". Mi actitud fue muy diferente y comencé a disfrutarla y aprovecharla mucho más. Ahora se me hace corta y realmente espero que lleguen los jueves.
Esto vale para la oración como vale para las clases en la universidad, ir a recoger a los niños a la escuela, el trabajo, visitar a los abuelos... todo.
La actitud positiva es como la base del iceberg. Si haces las cosas de buenas las harás mejor.
Revisa tu vocabulario y está atento para usar el "quiero" en vez del "tengo que" en tu vida de oración y en todo; verás la diferencia.

http://www.la-oracion.com/icomo-disfrutar-a-dios-en-las-cosas/315-icomo-mejorar-tu-oracion-con-un-cambio-de-vocabulario.html

jueves, 24 de enero de 2013

Cómo rezar cuando has pecado?

cristo_velz

Cuando has pecado la mejor oración es un espíritu contrito, humillado y confiado a los pies de Cristo crucificado.
Señor, he pecado.
Con el corazón hecho pedazos vengo a pedirte perdón.
Sé que no hay maldad tan mala capaz de impedirte amarme.

Me da vergüenza verte crucificado y encima pedirte favores,
pero, te necesito, Señor:
por tu inmensa compasión ¡borra mi culpa!
Mírame, soy débil, vulnerable, pecador.
Yo, miseria. Tú, misericordia.
Tú que puedes sacar bien del mal, levántame, Señor.
Sáname. Restáurame. Hazme un hombre nuevo.
Desde la altura del cielo nos viste sufrir
y con el estandarte del amor
viniste al encuentro del hombre que sufre.
Una y otra vez he comprobado que lo que atrae tu mirada misericordiosa sobre mí es mi estado de miseria.
No son mis méritos los que me hacen agradable a tus ojos, sino la omnipotencia de tu misericordia.
La incomprensible gratuidad de tu amor.
No debe haber pecado capaz de tenerme alejado de ti.
Por más vergüenza y dolor que sienta,
siento también la confianza de venir a pedirte perdón
con la certeza de que siempre, siempre, encontraré la mirada del Buen Pastor.
Tus ojos están puestos en los que esperan en tu misericordia (Sal 32)
Por eso estoy aquí, una vez más de rodillas ante ti, Cristo crucificado.
Vengo a declararme débil, miserable, pecador.
Vengo a pedirte perdón.

(Guarda silencio, escucha que te absuelve y que te dice: Te sigo amando igual. Déjate amar.)
Gracias, Jesús.
Cuando hago oración contemplándote en la cruz
te me revelas como Misericordia.
Tu amor crucificado es una invitación a la confianza.
Te lo suplico, Señor, que hoy y cuando tenga la desgracia de perder la gracia,
no olvide jamás que tú, Dios, moriste crucificado para salvarme
;que no pierda nunca la esperanza de tu misericordia.
Como el ladrón que paga sus culpas en el Calvario,
también yo te suplico: acuérdate de mí a la hora de mi muerte
y consérvame a tu lado para siempre.
Y luego, con el espíritu bien dispuesto, acudir al sacramento del perdón.
Una buena práctica que aprendí al entrar a la vida religiosa es el rezo del Salmo 50 todas las noches, de rodillas junto a la cama, ante Cristo crucificado, tratando de adoptar las actitudes del Rey David:

Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión,borra mi culpa,
lava del todo mi delito, limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado,
contra ti, contra ti solo pequé, cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón, en el juicio resultarás inocente.
Mira, en la culpa nací, pecador me concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero, y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con hisopo: quedaré limpio, lávame, quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría, que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista, borra en mí toda culpa.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme,
no me arrojes de tu rostro, no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso;
enseñaré a los malvados tus caminos, los pecadores volverán a ti.
Líbrame de la sangre, oh Dios, Dios Salvador mío y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios y mi boca proclamará tu alabanza.
Los sacrificios no te satisfacen; si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias.
Señor, por tu bondad, favorece a Sión, reconstruye las murallas de Jerusalén;
Entonces aceptarás los sacrificios rituales, ofrendas y holocaustos, sobre tu altar se inmolarán novillos. 


Fuente: la-oración.com

¿QUE QUIERE DECIR "CREER"?











 
"Quiso Dios, con su bondad y sabiduría, revelarse a Sí mismo y manifestar el misterio de su Voluntad (cf. Ef 1, 9); mediante el cual los hombres, por Cristo, la Palabra hecha carne, y con el Espíritu Santo, pueden llegar hasta el Padre y participar de la naturaleza divina." (cf. Ef 2, 18; 2 Pe1, 4)... " (Dei Verbum, 2).



«"Cuando Dios revela, el hombre tiene que someterse con la fe" (cf. Rom 16, 26; comp. con Rom1, 5; 2 Cor 10, 5-6). Por la fe el hombre se entrega entera y libremente a Dios, le ofrece el "homenaje total de su entendimiento y voluntad" (Conc. Vat. I, Dei Filius, 3), asintiendo libremente a los que Dios le revela» (Dei Verbum, 5).



En estas palabras del documento conciliar se contiene la respuesta a la pregunta: ¿Qué significa "creer"? La explicación es concisa, pero condensa una gran riqueza de contenido. Deberemos en lo sucesivo penetrar más ampliamente en esta explicación del Concilio, que tiene un alcance equivalente al de una definición técnica, por así decirlo.

Ante todo hay una cosa obvia: existe un genético y orgánico vínculo entre nuestro "Credo" cristiano y esa particular "iniciativa" de Dios mismo, que se llama "Revelación".

Por esto, la catequesis sobre el "Credo" (la fe), hay que realizarla juntamente con la de la Revelación Divina. Lógica e históricamente la Revelación precede a la fe. La fe está condicionada por la Revelación. La fe es la respuesta del hombre a la Divina Revelación.

Digamos desde ahora que esta respuesta es posible y justo darla, porque Dios es creíble. Nadie lo es como El. Nadie como El posee la autoridad de la verdad. En ningún caso como en la fe en Dios se realiza el valor conceptual y semántico de la palabra tan usual en el lenguaje humano: "Creo", "Te creo".


miércoles, 23 de enero de 2013

Calma mis pasos, Señor



DESACELERA los latidos de mi corazón,
calmando mi mente.
 
DISMINUYE mi ritmo apresurado
con una visión de la eternidad del tiempo.
 
En medio de las confusiones del día a día, 
DAME la tranquilidad de las montañas.
 
RETIRA la tensión de mis músculos y nervios
con la música tranquilizante de los ríos
de aguas constantes que viven en mis recuerdos.
 
AYÚDAME a conocer el poder mágico
y reparador del sueño.
 
ENSÉÑAME el arte de tomar pequeños descansos,
reducir mi ritmo para contemplar una flor,
charlar con un amigo, acariciar a un niño,
leer un poema, oír una música preferida.
 
CALMA MI PASO, SEÑOR, para que yo pueda percibir
en medio de la incesante labor cotidiana, de los ruidos,
luchas, alegrías, cansancios o desalientos,
TU PRESENCIA constante en mi corazón.
 
CALMA MI PASO, SEÑOR,
para que yo pueda entonar el cántico
de la esperanza, sonreír para mi prójimo
y hacer silencio para escuchar TU VOZ.
 
CALMA MI PASO, SEÑOR,
e inspírame a enterrar mis raíces
en el suelo de los valores duraderos de la vida,
para que yo pueda crecer hasta las estrellas
de mi destino mayor.
 
¡GRACIAS SEÑOR!
Por el día de hoy, por la familia que me diste,
por mis hermanos de la vida, mi trabajo,
...y sobretodo, por tu presencia en mi vida.

Amén.

celebrandolavida.org

martes, 22 de enero de 2013

Para orar, conócete primero a ti mismo

«Y nótese mucho que este ejercicio [la oración] ha de comenzar primero de nosotros; porque los que comenzamos a buscar a Dios, primero hemos de trabajar en conocernos: qué inclinaciones, qué pensamientos y obras obtenemos; y de todo esto, lo bueno acrecentarlo, y lo malo arrancarlo del todo de nuestras almas. Y después que uno se haya bien conocido, extenderá el pensamiento a pensar en las obras de Dios» (San Juan de Ávila, Obras Completas, p. 1016). 


No sé a ustedes, pero a mí no me suelen gustar mucho los cuadros que presentan a los santos como hombres y mujeres “lunáticos”, que están tan fijos los ojos en el cielo que se olvidan de los avatares de aquí en la tierra. Creo que esas representaciones hacen poca justicia a la vida de esos seres humanos que han desgastado su vida en amar a Dios y a los demás. Porque los santos son, ante todo, gente realista.
Venga como botón de muestra este hermosísimo texto de San Juan de Ávila. Les invito a leerlo de nuevo. A mí, tengo que reconocerlo, me ha causado una muy grata sorpresa leerlo. Miren lo que dice: para orar, uno de los primeros pasos que hay que hacer es conocerse a uno mismo. Pero ¿por qué? 
Si lo analizamos bien, tiene su sentido. Es lo mismo que nos dice Jesucristo en el Evangelio: «Porque ¿quién de vosotros, que quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, y ver si tiene para acabarla? No sea que, habiendo puesto los cimientos y no pudiendo terminar, todos los que lo vean se pongan a burlarse de él, diciendo: "Este comenzó a edificar y no pudo terminar"» (Lc 14, 28-30). Si no sabemos con qué contamos, sería inútil comenzar una construcción. 
Por ello, ¿con qué disponemos a nuestro favor para “construir” nuestra oración? ¿Qué tenemos en contra? Sería interesante hacer un pequeño autoexamen  y evaluarnos: qué me ayuda más a meditar, cuáles son las cualidades que dispongo, qué pasajes del Evangelio me acercan más a Dios, qué circunstancias me ayudan a orar mejor (lugar, hora, …). Y también evaluar lo negativo: qué me distrae más fácilmente, qué postura no me ayuda en mi oración, cuándo la hago que no me ayuda para nada, cuál es mi defecto dominante que me aleja especialmente de Dios (cf. ¿cuál es el primer paso para orar?), etc. 
Ah, y otra cosa importante que no debemos olvidar: hay que desear la oración. Éste es un primer punto que debemos interrogarnos. Mi deseo de Dios, mi anhelo de platicar con mi Amigo. Y, por supuesto, pedirle la gracia de que se me dé y me hable. Cuando nuestro corazón le suplica esto, Dios suele responder siempre (a veces también con un “no”, no lo olvidemos). Y confiemos que, como decía San Juan Crisóstomo, «siempre son mayores los premios de Dios que los deseos de los santos». 
En fin, con este pequeño examen en la mano podremos plantearnos mucho mejor el empezar con buen pie nuestra oración. Teniendo los pros y los contras y favoreciendo lo que más nos acerque a Él. Ojalá que estas líneas, planteadas a la luz de un hombre realista y místico a la vez, nos ayuden a todos a seguir caminando (o a empezar a hacerlo) en esta hermosísima aventura llamada oración.

http://www.la-oracion.com/ique-dicen-los-maestros/189-para-orar-conocete-primero-a-ti-mismo-.html

lunes, 21 de enero de 2013

EL CREDO BÍBLICO


CREO EN DIOS. "Nuestro Dios es el único Señor" (Deuteronomio 6,4).

PADRE TODO PODEROSO. "Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios" (Lucas 18,27).

CREADOR DEL CIELO Y DE LA TIERRA. "En el comienzo de todo, Dios creó el cielo y la tierra" (Génesis 1,1).

CREO EN JESUCRISTO. "El es el resplandor glorioso de Dios, la imagen misma de lo que Dios es" (Hebreos 1,3).

SU ÚNICO HIJO. "Pues Dios amo tanto al mundo, que dio a su Hijo Único, para que todo aquel que crea en él no muera, sino que tenga vida eterna" (Juan 3,16).

NUESTRO SEÑOR. "Dios lo ha hecho Señor y Mesías" (Hechos 2,36).

QUE FUE CONCEBIDO POR OBRA Y GRACIA DEL ESPÍRITU SANTO. "El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Dios altísimo descansará sobre ti como una nube. Por eso, el niño que va a nacer será llamado Santo e Hijo de Dios" (Lucas 1,35).

NACIÓ DE SANTA MARÍA VIRGEN. "Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta: la Virgen quedará encinta y tendrá un hijo, al que pondrá por nombre Emmanuel (que significa "Dios con nosotros")" (Mateo 1,22-23).

PADECIÓ BAJO EL PODER DE PONCIO PILATO. "Pilato tomó entonces a Jesús y mandó azotarlo. Los soldados trenzaron una corona de espinas, la pusieron en la cabeza de Jesús, y lo vistieron con una capa de color rojo oscuro" (Juan 19,1-2).

FUE CRUCIFICADO. "Jesús salió llevando su cruz, para ir al llamado lugar de la Calavera (o que en hebreo se llama Gólgota). Allí lo Crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado. Pilato mandó poner sobre la cruz un letrero, que decía: Jesús de Nazaret, Rey de los judíos" (Juan 19,17-19).

MUERTO Y SEPULTADO. "Jesús gritó con fuerza y dijo: -¡Padre en tus manos encomiendo mi espíritu! Y al decir esto, murió (Lucas 23,46). Después de bajarlo de la cruz, lo envolvieron en una sábana de lino y lo pusieron en un sepulcro abierto en una peña, donde todavía no habían sepultado a nadie (Lucas 23,53).

DESCENDIÓ A LOS INFIERNOS. "Como hombre, murió; pero como ser espiritual que era, volvió a la vida. Y como ser espiritual, fue y predicó a los espíritus que estaban presos" (1Pedro 3,18-19).

AL TERCER DÍA RESUCITO DE ENTRE LOS MUERTOS, "Cristo murió por nuestros pecados, como dicen las Escrituras, que lo sepultaron y que resucitó al tercer día" (1Corintios 15, 3-4).

SUBIÓ A LOS CIELOS, Y ESTA SENTADO A LA DERECHA DE DIOS, PADRE TODO PODEROSO. "El Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios" (Marcos 16,19).

DESDE ALLÍ HA DE VENIR A JUZGAR A VIVOS Y MUERTOS. "El nos envió a anunciarle al pueblo que Dios lo ha puesto como juez de los vivos y de los muertos" (Hechos 10,42).

CREO EN EL ESPÍRITU SANTO. "Porque Dios ha llenado con su amor nuestro corazón por medio del Espíritu Santo que nos ha dado" (Romanos 5,5).

LA SANTA IGLESIA CATÓLICA. "Y yo te digo que tu eres Pedro, y sobre esta piedra voy a construir mi iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella" (Mateo 16,18).

LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS. "Después de esto, miré y vi una gran multitud de todas las naciones, razas, lenguas y pueblos. Estaban en pie delante del trono y delante del Cordero, y eran tantos que nadie podía contarlos" (Apocalipsis 7,9).

EL PERDÓN DE LOS PECADOS. "A quienes ustedes perdonen los pecados, les quedarán perdonados" (Juan 20,23).

LA RESURRECCIÓN DE LA CARNE. "Cristo dará nueva vida a sus cuerpos mortales" (Romanos 8,11).

Y LA VIDA ETERNA. "Allí no habrá noche, y los que allí vivan no necesitarán luz de lámpara ni luz del sol, porque Dios el Señor les dará su luz, y ellos reinarán por todos los siglos" (Apocalipsis 22,5).

AMEN. "Así sea. ¡Ven, Señor Jesús!" (Apocalipsis 22,20).



Fuente: Catholic.net

domingo, 20 de enero de 2013

El Rostro de Cristo



 
"..Hay una urgente necesidad de aprovechar el impulso de la contemplación del Rostro de Cristo que la experiencia de este año nos ha dado. En el Rostro humano del Hijo de María reconocemos al Verbo hecho carne, en la plenitud de su divinidad y de su humanidad. Los más insignes artistas –en Oriente y Occidente- se han confrontado con el misterio de este Rostro. Pero el verdadero Rostro de Cristo es, sobre todo el que el Espíritu Santo imprime en los corazones de los que lo contemplan y lo aman. Es necesario “recomenzar desde Cristo”, con el impulso de Pentecostés, con entusiasmo renovado. Recomenzar desde Él ante todo en el compromiso cotidiano por la santidad, poniéndonos en actitud de oración y de escucha de su Palabra. Recomenzar también desde Él para testimoniar el Amor mediante la práctica de una vida cristiana marcada por la comunión, por la caridad, por el testimonio en el mundo. Este es el programa que entrego en la presente Carta Apostólica. Se podría reducir a una sola palabra: “¡Jesucristo!”.
Al inicio de mi Pontificado, y tantas veces después, he gritado a los hijos de la Iglesia y al mundo: “Abrid, abrid de par en par las puertas a Cristo”. Deseo hacerlo una vez más, al final de este Jubileo y comienzo de este nuevo milenio (...). Quiera el Señor que, en el nuevo milenio, la Iglesia (y sus hijos) crezcan cada vez más en la santidad, para ser en la historia verdadera “epifanía” del Rostro misericordioso y glorioso de Cristo el Señor. ¡Así sea!


 

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