A través de la 'ventana' de la fe vislumbramos la Jerusalén Celestial donde mora el Cordero Inmaculado en unidad con el Padre y el Espíritu Santo; donde permanecen extasiados todos los coros de los Ángeles, los Santos y Bienaventurados.
Esta imagen está realizada desde la Iglesia del 'Dominus Flevit' (el Señor lloró). El llanto y las lamentaciones de Jesús sobre la Ciudad Santa, se recuerdan en este Santuario. Es una imagen muy singular porque vemos como 'antes' de ver la Ciudad Santa aparece ante nuestros ojos una cruz sobre el Altar.
Y es así como se cumple perfectamente la vida de cada persona: antes de llegar a la Gloria hemos de pasar primero por algunas pruebas, tribulaciones, sufrimientos y cruces. Para algunos no valen la pena (no han profundizado en los beneficios de la cruz para la vida eterna). Para otros vale la vida misma, pues uniendo nuestras pequeñas cruces al sufrimiento del Redentor adquieren un valor inconmensurable.
Jesús, tuyos somos en esta vida. Tuyos queremos ser por toda la eternidad en la Jerusalén Celeste, aquella Jerusalén en la que veremos tu sonrisa y la luz eterna de tu gloria.
Dios nos siga bendiciendo.
Alejandro María
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Gracias, Amiga por su compartir, que el Señor aumente siempre nuestra FE, y nuestro deseo de caminar siempre a la eternidad que es Dios, gracias.
ResponderEliminarA ti anawin, por pasar por aquí! Abrazos!
EliminarQue el Señor te bendiga Magda, por toda la evangelización que nos ofreces. Espero de corazón que hayas tenido un buen comienzo de año. Un fuerte abrazo amiga.
ResponderEliminarHola PEPE.. gracias!...y por estar ahí... abrazos!
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