Pintura de Rafael (Raffaello Sanzio da Urbino, 1483-1520),
pintado entre 1507,
óleo sobre madera
© Galleria Borghese, Roma
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos
Porque con tu santa cruz has redimido al mundo.
Bajamos del Gólgota, subiendo la colina. Soy testigo de cómo las personas que más te han querido, tus parientes y amigos más cercanos y afectuosos, quieren depositar tu cadáver con amoroso cuidado. Su llanto es muy gracioso. Están cerca de la tumba, apenas llegando a la vista por la izquierda. Pronto descansarás.
Me maravilla la escena brillante y colorida. Me asombra, ya que contiene todo lo que contemplo y atesoro en ti, mi Jesús: tu muerte, tu inminente resurrección, la esperanza mostrada por la miríada de colores, la tristeza, la alegría, la anticipación, la fuerza... El dolor que dejé entrar al ver tu crucifixión de cerca, ahora ha dejado espacio a la esperanza.
Mi mente y mi corazón habían quedado sepultados por el dolor que presencié de cerca. Ahora vivo con esperanza, pues creo que pronto resucitarás de entre los muertos... ¡y estoy dispuesto a cantar tus alabanzas eternas!
Padre nuestro, que estás en el cielo...
Ave María, llena de gracia...
Gloria al Padre y al Hijo...
Lectura normal del Evangelio del día: Juan 18,1 - 19,42: La Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, ver https://christian.art/daily-gospel-reading/john-18-1-19-42-2020/
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