María
en oración, en el silencio de su casa está llena del Espíritu Santo. El
silencio es tan grande en el alma de María que puede oír lo que Dios le
quiere decir. Y Dios dice siempre cosas sorprendentes para la
comprensión humana.
Dios ha preparado el alma de María a acoger
en la Fe, en la Esperanza y en el Amor, todo lo que iba a pasar. El alma
de María fue preparado en el crisol del sufrimiento.
Nadie puede
acoger el don de Dios, en la Fe, en la Esperanza, en el Amor si no ha
pasado por un profundo sufrimiento interior. Siempre es el camino que
Dios utiliza para introducirse en una alma, para cavar suficientemente
profundo, para plantar estos 3 árboles espléndidos que son la Fe, la
Esperanza y el Amor, luego para reinar totalmente y absolutamente.
Quien
dirá los sufrimientos que María haya conocido, desde su infancia, para
sólo ser apegada a su Dios, para consagrarle toda su vida.
Benoîte Angot
Adorar con María, María – Ediciones le Sarment, p. 16,17
Un minuto con María
mariedenazareth.org
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