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lunes, 31 de agosto de 2020

¿CÓMO SE MANIFIESTAN LAS ALMAS DEL PURGATORIO?


¿Cómo fueron las experiencias de Ana María Lindmayr con las almas del Purgatorio? ¿Cómo se le aparecieron las almas del Purgatorio?  El Padre Barnabas Kirchhuber, Confesor de las Clarisas del Convento de Anger, y quien en 1704 por encargo del Príncipe-Obispo sometió a Ana María a un cuidadoso examen, escribió el 6 de Junio al Príncipe-Obispo de Freising lo siguiente acerca de las almas del Purgatorio:

«Desde el Viernes antes de Navidad (22 de diciembre) de 1690, las almas del Purgatorio comenzaron a aparecer con frecuencia a Ana María.  Las ve casi siempre por la noche, permaneciendo hasta dos horas con ella, envueltas en llamas, sintiendo grandes suspiros y lamentos, y oyendo con los oídos del cuerpo el arder del fuego.  De día advierte la presencia de las almas del Purgatorio por medio de chispas de fuego que le saltan en el cuello, las manos y otras partes del cuerpo». Ana María escribe al respecto: «Muchas veces en mi habitación aparecía un enorme incendio, al cual yo no podía dirigir la vista porque mi Confesor me había prohibido mirarlo.  De todos modos yo no podría haber visto nada, porque de inmediato me sentía movida a rezar y, arrodillada, entraba inmediatamente en éxtasis, y la gracia de Dios me mantenía de tal manera inmovilizada, que casi nunca era capaz de mover ningún miembro, ni siquiera los ojos.  También cuando me sentaba a escribir, sobre mis manos y sobre las hojas caían muchas chispas, con las cuales las almas del Purgatorio querían hacerse sentir para que las encomendara».   Con algunas almas sentía frío cuando se le acercaban, y las mismas almas se le presentaban temblando de frío.  No de todas las almas Ana María pudo averiguar el nombre, y mucho menos pudo escribir sobre sus pecados.

Como también el Maligno se le insinuaba bajo varias figuras en esta misteriosa oración para confundirla o para impedir que ayudara a las almas del Purgatorio, le fue ordenado por el Padre Confesor, —según lo dicho por el Padre Barnabas Kirchhuber en el informe—, pronunciar el santísimo nombre de Jesús, mostrar el Crucifijo, rociar agua bendita o encender un cirio bendito cada vez que se le aparecieran las almas del Purgatorio.  Si se tratara de un alma buena, se acercaría más; pero si se tratara de un espíritu maligno, ella habría advertido una inquietud interior y exterior, y además el espíritu se alejaría.

La Beata Crescencia advertía la presencia de las almas del Purgatorio al ver a su alrededor sombras blanquecinas, cenicientas o negruzcas, y las sentía con golpes y crujidos.

Intimidad con Dios=Santidad


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