Mi Señor, Gracias por voltear tu mirada hacia este pobre pecador y
mirarme con misericordia acogiéndome entre los tuyos y dándome vida nueva.
Ahora, necesito de Ti, de tu amor, de tus caricias y de tu poder.
Son tantas las dificultades por las que atravieso y cuento Contigo para darme
la paz
A veces te siento ausente, en silencio y eso me entristece, pero Tú
nunca abandonas a nadie, sino que esperas el momento oportuno de actuar.
Ven a mi vida, ven a mi corazón, te suplico que con tu poderosa
presencia me llenes del néctar de tu fuerza y me prepares para salir vencer
Me reconozco débil, pecador y atorado en mis propias frustraciones;
pero confío en tu auxilio, en que pronto escucharás mis ruegos y me levantarás
Quiero ser testimonio de tu amor para todos los que están a mi
lado, en especial para los míos, por eso dame tu perdón, tu sanación y tu
gracia.
Tú me acoges, me escuchas y me acompañas para darme fuerza y
resistir humildemente a las situaciones dolorosas a las que soy sometido.
Cuento con tu bendición que protege, que me arropa y me anima para
salir a dar lo mejor de mí mientras me llenas de paz y seguridad.
Amén
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