¡Oh Virgen naciente,
esperanza y aurora de salvación para todo el mundo, vuelve benigna
tu mirada materna hacia todos nosotros, reunidos aquí para celebrar y proclamar
tus glorias!
¡Oh Virgen fiel,
que siempre estuviste dispuesta y fuiste solícita para acoger,
conservar y meditar la Palabra de Dios, haz que también nosotros, en medio de
las dramáticas vicisitudes de la historia, sepamos mantener siempre intacta
nuestra fe cristiana, tesoro precioso que nos han transmitido nuestros padres!
¡Oh Virgen potente,
que con tu pie aplastaste la cabeza de la serpiente tentadora, haz
que cumplamos, día tras día, nuestras promesas bautismales, con las cuales
hemos renunciado a satanás, a sus obras y a sus seducciones, y que sepamos dar
en el mundo un testimonio alegre de esperanza cristiana!
¡Oh Virgen clemente,
que abriste siempre tu Corazón materno a las invocaciones de la
humanidad, a veces dividida por el desamor y también, desgraciadamente, por el
odio y por la guerra, haz que sepamos siempre crecer todos, según la enseñanza
de tu Hijo, en la unidad y en la paz, para ser dignos hijos del único Padre
celestial! .
Amén.
Oración de
San Juan Pablo II
8
de septiembre de 1980
http://www.mariamediadora.com/Oracion/Newsletter1127.htm
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu comentario, me alegra el alma