Salve, oh Madre,
Reina del mundo.
Tú eres la Madre del Amor Hermoso,
Tú eres la Madre de Jesús, fuente de toda gracia,
el perfume de toda virtud,
el espejo de toda pureza.
Tú eres alegría en el llanto, esperanza en la muerte.
¡Como dulce sabor tu nombre en nuestra boca,
como suave armonía en nuestros oídos,
como embriaguez en nuestro corazón!
Tú eres la felicidad de los que sufren,
la corona de los mártires,
la belleza de las vírgenes.
Te suplicamos que nos guíes, después de este destierro,
a la posesión de tu Hijo, Jesús.
Amén.
Tú eres la Madre del Amor Hermoso,
Tú eres la Madre de Jesús, fuente de toda gracia,
el perfume de toda virtud,
el espejo de toda pureza.
Tú eres alegría en el llanto, esperanza en la muerte.
¡Como dulce sabor tu nombre en nuestra boca,
como suave armonía en nuestros oídos,
como embriaguez en nuestro corazón!
Tú eres la felicidad de los que sufren,
la corona de los mártires,
la belleza de las vírgenes.
Te suplicamos que nos guíes, después de este destierro,
a la posesión de tu Hijo, Jesús.
Amén.
Bellísima oración de tan grande santo. Dichosos fuimos de poder tenerle como Papa durante 26 años. Parecía que no iba a marcharse nunca... Era tan padre, tan amador de Dios y del prójimo.
ResponderEliminarUn saludo cordial, Magda
Buenos días mi querida Felicitas! gracias por pasar por Rincón de la Esperanza y dejar tus comentarios que lo enriquecen :) Un abrazo fuerte !
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