Jesús, no quiero abandonarte, antes bien, deseo dar testimonio de ti a los hombres. Quiero darte a conocer a quienes no han oído hablar de ti. Sé que no será fácil, porque el mundo odia los que te pertenecemos, pero “Tú has vencido al mundo”, y con esa confianza, quiero aventurarme en el anuncio de tu Persona. Catholic.net
gadgets para blogger

ACI prensa

La fe es garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven. http://la-oracion.com

miércoles, 24 de mayo de 2017

QUEDATE SEÑOR, CONMIGO




Quédate, Señor, conmigo, porque necesito verte presente para no olvidarte, pues ya sabes con cuenta frecuencia te abandono.
 
Quédate, Señor, conmigo, porque soy muy débil y necesito de tus alientos y de tu fortaleza para no caer tantas veces.

Quédate, Señor, conmigo, porque Tú eres mi vida y sin Ti con frecuencia decaigo en el fervor.

Quédate, Señor, conmigo, porque Tú eres mi luz y sin Ti estoy en tinieblas.
 
Quédate, Señor, conmigo, para que oiga tu voz y la siga.

Quédate, Señor, conmigo, para demostrarme todas tus voluntades.

Quédate, Señor, conmigo, porque deseo amarte mucho y vivir siempre en tu compañía.

Quédate, Señor, conmigo, porque todo mi ser te está consagrado y Tú me perteneces.

Quédate, Señor, conmigo, y haz de mi corazón una celda de amor de la cual nunca te alejes.

Quédate, Señor, conmigo, si quieres que te sea fiel.

Quédate, Señor, conmigo, porque aunque mi alma es muy pobre, deseo que sea para Ti un lugar de consuelo, un huerto cerrado, un nido de amor.

Quédate, Señor, conmigo, y haz que tu amor se inflame tanto que me consuman sus amorosas llamas.

Quédate, Señor, conmigo, porque se hace tarde y declinan las sombras, es decir, se pasa la vida, se acerca la cuenta, la eternidad, y es preciso que redoble mis días, mis esfuerzos, que no me detenga en el camino y por eso te necesito. 
Se hace tarde y se viene la noche, me amenazan las tinieblas, las obscuridades, las tentaciones, las sequedades, penas, cruces, etc., y Tú me eres preciso, Jesús mío, para alentarme en esta noche del destierro, ¡Cuánta necesidad tengo de Ti!


Quédate, Señor, conmigo, porque en esta noche de la vida y de los peligros, deseo ver tu claridad, muéstrateme y haz que te conozca como tus discípulos en el partir del pan, es decir, que la unión Eucarística sea la luz que aclare mis tinieblas, la fuerza que me sostenga y la única dicha que embriague mi corazón.

Quédate, Señor, conmigo, porque cuando llegue la muerte, quiero estar junto a Ti y si no realmente por medio de la Sagrada Comunión al menos quiero tener mi alma unida a Ti por la gracia y por un abrasado amor.

Quédate, Señor, conmigo, no te pido sentir tu adorable presencia y tus regalos divinos que no los merezco, pero tu residencia en mi por la gracia ¡oh, sí que te la pido!

Quédate, Señor, conmigo, pues a Ti sólo te busco, tu amor, tu intimidad, tu Corazón, tu espíritu y tu gracia. Te busco por Ti mismo porque te amo; y no te pido más recompensa que amarte con solidez, prácticamente, amarte únicamente, amarte cuanto pueda, amarte con todo mi corazón en la tierra para seguir amándote con perfección por toda la eternidad.


Así sea

(Con aprobación eclesiástica)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por dejar tu comentario, me alegra el alma

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...