¡Señor, tu lo sabes todo, tu sabes que te amo! ¡Muchas veces, Padre, trato de entender las circunstancias y las situaciones y por mucho que lo intento no lo consigo! ¡Pero soy consciente, Padre, que tus caminos son siempre mejores que los que yo dispongo, que tus pensamientos para mi son los mejores, aunque tantas veces me resista a verlo con una mirada de confianza! ¡Quiero acercarme a Ti buscando consuelo, paz y ayuda, por eso te pido que a la luz del Espíritu Santo me otorgues la serenidad interior y la paz del corazón para aceptar tu voluntad con humildad y generosidad, con alegría cristiana, aunque lo que me suceda ahora no lo entienda! ¡Quiero abrir mi corazón a tu gracia y no poner por encima mis deseos y mis criterios sino que sea tu voluntad la que prevalezca en mi vida! ¡No permitas, Padre, que el orgullo me ciegue y me aleje de Ti, que no caiga en falsas perspectivas. sino que en todo momento tome las sendas de la mejor elección! ¡No dejes de derrochar sobre mi tu amor y tu misericordia sobre todo cuando mi confianza se tambalea! ¡Dame, Padre, en todo momento el don de la prudencia, de la serenidad interior, de la sensatez, de la receptividad a escuchar tu Palabra para hacer en todo momento tu voluntad! ¡Concédeme en todo momento, a la luz del Espíritu Santo, que mi corazón esté en todo momento apegado al tuyo con el fin de saber discernir en todo momento cuáles son tu designios! ¡Te pido, Padre, que exhales Tú voluntad en mí!
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