María, me dices que sea fuerte y valeroso en el camino, que mantenga fijos mis ojos en la meta. Son muchas las adversidades que se presentan en mi vida y sólo no puedo avanzar.
Por eso, Madre Santísima, te pido que me acompañes en mi debilidad para que a semejanza tuya y de tu Amadísimo esposo, San José, tenga suficiente fe y esté convencido de que Dios me acompaña siempre cuando mis fuerzas comienzan a fallar. Dame de tu fe inquebrantable, pues con ella mis problemas se volverían intrascendentes porque en Cristo todo lo puedo y me fortalece. Será Él mismo quien obre el milagro en mi vida ayudándome a sacar la fuerza de la debilidad, el espíritu de superación en el desánimo y la lucha para salir adelante en la batalla.
Ayúdame a comprender que la flaqueza no se encuentra en la imposibilidad de poder afrontar los problemas; sino que radica en creer que Dios se encuentra caminando a mi lado y que esa presencia es más real cuando pongo todo mi empeño desde la fe y la esperanza. Que como Tú, María, mantenga siempre fijos mis ojos hacia el cielo, porque mi meta es Jesús.
PQ IR A MISA
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