DÍA 25: El camino fue largo, pero nos emocionaba esperarlo. Caminábamos hacia lo desconocido, sin ninguna seguridad, ni preparación. Pero caminando de Nazareth a Belén, descubrimos que para recibir al Niño no hacían falta seguridades ni preparativos.
Bastaba un "Sí" sincero, dicho con el corazón. Gracias por preparar sus corazones para recibir a nuestro Hijo y por amarlo en las demás personas. Hoy terminamos este camino. Después de no tener nada, hoy lo tenemos todo y sólo podemos decir... ¡GRACIAS!
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