San José es conocido como el «santo del silencio», y también como como el «santo del adviento», porque en este tiempo podemos aprender mucho de él. San José nos enseña con su vida su capacidad de espera y de confianza total en Dios quien cumple sus promesas.
En este adviento podemos aprender de San José en el darnos cuenta de que los planes de Dios son siempre más grandes e importantes que los propios.
Podemos aprender sobre su fe y su humildad; de su valentía y de su obediencia, de su no apresurarse en hacer juicios temerarios; de su castidad y de su diligencia en el trabajo, de su disponibilidad en hacer lo que tenemos que hacer sin dramas, ostentación y vanagloria, sino en la paz y el silencio que se logra por amor, la contemplación y la vivencia cotidiana en Jesús, quien es Dios con nosotros.
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