Porque Él siempre llega a sostener y salvar.
Sin desesperar repitiendo con inmensa ternura en nuestros corazones: "El Señor no abandonará la obra de sus manos porque su Misericordia es eterna".
Hoy más que nunca, con corazón de niños y madurez cristiana seamos solidaridarios oremos y cuidémosnos.
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