El amor ni cansa, ni descansa.
Después del año de San José, tampoco nos cansamos ahora de ver por todos lados a nuestro querido intercesor, en este mes de marzo dedicado a él.
Sin embargo, satanás no le puede ver ni en pintura, y le tiene un terror enorme, porque sabe que la obediencia y sencillez de San José lo derrotan.
San José está más activo que nunca, aunque por su prudencia trabaje en silencio, contrarrestando el mal que se ha desatado en los últimos tiempos.
Por el contrario, la maldad del enemigo de las almas acapara con orgullo y vanidad las portadas y las noticias: está rabioso mientras da sus últimos coletazos, con furia.
No nos dejemos invadir por la desesperanza: Dios omnipotente es capaz de sacar bien hasta del mal.
Paz y bien.
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