No es fácil, perdonar. Porque nuestro corazón egoísta siempre está apegado al odio, a la venganza, al resentimiento... Y cuando Dios nos perdona, olvida todo el mal que hemos hecho. Alguien dijo: "Es el mal de Dios" Él no tiene memoria, es capaz de perder la memoria, en estos casos. Dios pierde la memoria de las historias horribles de tantos pecadores, de nuestros pecados. Nos perdona y sigue adelante. Sólo nos pide: "Haz lo mismo: aprende a perdonar", no cargues con esta infecunda cruz de odio, y resentimiento, "lo pagarás". Esta palabra no es cristiana ni humana. La generosidad de Jesús que nos enseña que para entrar en el cielo hay que perdonar
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