Vuelve a empezar
La esposa de Lot, por curiosidad para ver los castigos sobre
Sodoma, miró hacia atrás, e inmediatamente se convirtió en estatua de sal. Éste
es un aviso que nos da el Señor, que también nos ha dicho en el Santo Evangelio
que quien pone la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino
de Dios.
¡Cuántas veces el pasado, el recuerdo de cosas pasadas, nos
atrofian para vivir bien el presente! Como si de alguna manera pudiéramos
corregir algo del pasado. ¿Acaso creemos por ventura que podemos cambiar algo
de lo que ya fue? Entonces, ya que no podemos, dejémoslo en las manos de Dios y
lancémonos hacia adelante, con todas nuestras fuerzas, en la situación que nos
encontremos, que Dios nos proveerá de lo necesario y nuestra cruz se hará
llevadera, y quizás, cuando menos lo pensemos, tal vez el Señor nos la quite
del todo o en gran parte.
Ya el Señor nos ha dicho que su yugo es llevadero y su carga
liviana, pero nosotros lo hacemos más pesado de lo que es, con todas nuestras
preocupaciones que nos amargan la existencia. Y no sólo nos amargamos nosotros,
sino que de rebote hacemos amargar a los demás y causamos dolor.
Hagamos lo posible por empezar de nuevo. Como decían un dicho
popular: “Borrón y cuenta nueva”. No es fácil hacerlo. Es fácil decirlo, pero
tenemos que empeñarnos en comenzar a practicarlo hoy mismo, ya mismo, y ser
felices, porque cuando empecemos a practicar esto de mirar sólo hacia adelante,
entonces estaremos contentos, sabiendo que Dios nos cuida.
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