Mensaje de conversión
11-3-84 77
No provoquéis la ira del Señor, más que ira dolor, al ver la
desobediencia en sus hijos. Demostrad que lo amáis, dándolo todo por El. Esta
es la oportunidad. Que halle verdad en vuestros corazones y se gloríe en
vosotros. Amén Amén.
Leed: Santiago C. 4, V. 4 al 10 y C. 5, V. 19 y 20
4 ¡Corazones adúlteros! ¿No saben acaso que haciéndose amigos del
mundo se hacen enemigos de Dios? Porque el que quiere ser amigo del mundo se
hace enemigo de Dios.
5 No piensen que la Escritura afirma en vano: El alma que Dios puso
en nosotros está llena de deseos envidiosos.
6 Pero El nos da una Gracia más grande todavía, según la palabra de
la Escritura que dice: "Dios resiste a los soberbios y da su Gracia a los
humildes".
7 Sométanse a Dios; resistan al demonio, y él se alejará de
ustedes.
8 Acérquense a Dios y El se acercará a ustedes. Que los pecadores
purifiquen sus manos; que se santifiquen los que tienen el corazón dividido.
9 Reconozcan su miseria con dolor y con lágrimas. Que la alegría de
ustedes se transforme en llanto, y el gozo, en tristeza.
10 Humíllense delante del Señor, y El los exaltará.
Cap. 5, Vers. 19-20
19 Hermanos míos, si uno de ustedes se desvía de la verdad y otro
lo hace volver,
20 sepan que el que hace volver a un pecador de su mal camino, se
salvará de la muerte y obtendrá el perdón de todos sus pecados.
(Mensaje de María del Rosario de San Nicolás)
Comentario:
Los hombres causan dolor a Dios con sus pecados. Ojalá nosotros no
estemos en el número de los que ofenden a Dios, y si somos de estos últimos,
entonces hoy es el tiempo de cambiar de vida, de convertirnos, porque no
sabemos cuánto tiempo nos ha concedido el Señor para nuestra conversión. “Teme
al Señor que pasa y no vuelve”, dice la Escritura; y también: “De Dios no se
ríe nadie impunemente”. Entonces tomémonos en serio nuestra salvación y
trabajemos con perseverancia por ella, porque no sabemos ni el día ni la hora,
no solo de la Segunda Venida de Cristo, sino tampoco del momento de nuestra
propia muerte que, para nosotros, será como el fin del mundo, porque en ese
momento seremos juzgados y se pronunciará sobre nuestras almas el juicio
definitivo que nos dará o Cielo o Infierno. Estamos a tiempo todavía si estamos
leyendo este mensaje. Dios nos está llamando a través de este mensaje, para que
no dejemos pasar este momento tan especial que la Misericordia divina nos
concede. De nosotros depende, porque Dios ya ha hecho todo por nosotros, ahora
es nuestro turno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu comentario, me alegra el alma