Cuando Lázaro murió y fue
enterrado, sus contemporáneos y sus hermanas creyeron que ya todo había
terminado. Obvio, un muerto de cuatro días...y en estado de putrefacción, nada más
y nada menos. Realmente, era para pensar: todo ha terminado, no hay nada más
que hacer aquí.
¡Qué pena, si el Maestro hubiera venido, mi hermano ahora estaría vivo, comiendo con nosotros, riendo, compartiendo! Pero llega Cristo dando una luz, un aliento de vida, una esperanza ardiente: "Tu hermano resucitará...Yo soy la Resurrección y la Vida...¿No te he dicho que si crees verás la Gloria de Dios?" Ante la realidad de una muerte, ante tanta podredumbre, solo Cristo-Dios tiene poder y la sublime autoridad judicial para decir a un muerto: "Lázaro, sal afuera".
Así como un día dijo: "Hágase la luz", y existió, ahora el Verbo grita: "Lázaro, vive", y el muerto se recompone complemente. Para Dios nada hay imposible. Él ha venido al mundo para que el que muera, resucite, y para que el que crea en Él, no muera para siempre.
En nuestra vida no hay nada que pueda hundirnos, destruirnos, descomponernos. No hay nada que pueda quitarnos la esperanza.
Sea cual sea el problema que tengas, sea cual sea la cruz que cargues, abandónate en Dios. Confía en Él. Un muerto no puede hacer nada por sí mismo, no puede darse a sí mismo la vida...nosotros no podemos hacer nada, solo tenemos que mostrar a Dios nuestra nada, impotencia e incapacidad, mostrarnos tal y como somos y dejar que su Palabra de vida nos resucite.
Ánimo, Dios está con nosotros, es Emmanuel.
Con el cariño de siempre, unidos en oración y caminando hacia la Pascua,
Alejandro María.
Feliz Domingo.
¡Qué pena, si el Maestro hubiera venido, mi hermano ahora estaría vivo, comiendo con nosotros, riendo, compartiendo! Pero llega Cristo dando una luz, un aliento de vida, una esperanza ardiente: "Tu hermano resucitará...Yo soy la Resurrección y la Vida...¿No te he dicho que si crees verás la Gloria de Dios?" Ante la realidad de una muerte, ante tanta podredumbre, solo Cristo-Dios tiene poder y la sublime autoridad judicial para decir a un muerto: "Lázaro, sal afuera".
Así como un día dijo: "Hágase la luz", y existió, ahora el Verbo grita: "Lázaro, vive", y el muerto se recompone complemente. Para Dios nada hay imposible. Él ha venido al mundo para que el que muera, resucite, y para que el que crea en Él, no muera para siempre.
En nuestra vida no hay nada que pueda hundirnos, destruirnos, descomponernos. No hay nada que pueda quitarnos la esperanza.
Sea cual sea el problema que tengas, sea cual sea la cruz que cargues, abandónate en Dios. Confía en Él. Un muerto no puede hacer nada por sí mismo, no puede darse a sí mismo la vida...nosotros no podemos hacer nada, solo tenemos que mostrar a Dios nuestra nada, impotencia e incapacidad, mostrarnos tal y como somos y dejar que su Palabra de vida nos resucite.
Ánimo, Dios está con nosotros, es Emmanuel.
Con el cariño de siempre, unidos en oración y caminando hacia la Pascua,
Alejandro María.
Feliz Domingo.
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