Hermanos, no dejéis
que la luz luminosa de la Pascua
pase de largo de vuestras casas.
Viene el Siervo entre los siervos: lo hace, además,
montado en un pollino
nos dirá que, por el camino de la humildad, el que es Rey y Señor
nos empuja a caminar, paso a paso, hacia el encuentro definitivo con Dios
Y, antes de ascender a la cruz,
donde después de exprimirse su cuerpo será luz
Y porque en las horas de su pasión,
no quiere estar sólo sino hacernos confidentes
a los que creemos en El
nos sentará también a nosotros: nos hablará de Tú a Tú
nos hará conocedores de sus más nobles e íntimos sentimientos
Y, porque nos ama como nadie nos ha amado, hasta el extremo
doblará su cuerpo y sus manos buscarán nuestros pies.
¿A esto nos convoca el Señor? ¡Sí! ¡Pascua es fiesta del amor!
Nos convoca, el Señor, a la Eucaristía,
fuente y cumbre de la vida cristiana
en ella, con su Cuerpo y Sangre infundiendo valor
no nos faltarán las fuerzas necesarias para amar como El amó
para servir como el sirvió y para ser fieles al que El obedeció: a Dios
Nos convoca, el Señor, a la oración por los sacerdotes: don y tarea
Don, porque es regalo del Señor y, tarea, porque está condicionado
por nuestros errores, como personas, y por nuestras debilidades
Subiendo, camino del Gólgota, fingiremos no haberle conocido
¿Yo? ¿Qué tiene que ver Jesús conmigo? ¿Yo no soy de los suyos?
Nuestro silencio y timidez, en el día a día de nuestras vidas,
hacen que, Jesús, sea alzado en la cruz sólo…con María y Juan a sus pies
El Señor nos convoca, con su cruz a la luz.
No nos llama a permanecer atentos al madero sino al sepulcro.
Ya, El, en cuerpo y alma descenderá
para que nosotros no permanezcamos para siempre
Y, Jesús, que es más fuerte que la muerte….
la dinamitará por sus cuatro costados
Saldrá resucitado (no revivido) para no morir nunca jamás.
¡Id y anunciad lo que habéis visto!
A eso nos empuja Cristo. Por eso ha entrará triunfalmente en Jerusalén
nos redactará el mandamiento del amor (en escrito y visualmente),
lo veremos como Sacerdote de la Nueva Alianza o atravesado en la cruz
¡POR NOSOTROS! ¡POR NOSOTROS LO HARÁ EL SEÑOR!
Y, lo mejor de todo, es que hará con en nuestros cuerpos
una transfusión de VIDA ETERNA…
Ya no necesitaremos pañuelos para enjugar nuestras lágrimas
Ni motivaciones para hacer más alegre nuestra existencia
Cesarán los ídolos y los pequeños dioses ante los que nos postramos
y, al fondo, detrás de la cruz….a sus pies…muy cerca de ella
como Juan y María, hijo y Madre, Madre e hijo,
aguardaremos nuestra hora definitiva: nuestra pascua personal
¡HA MERECIDO LA PENA LA CRUZ!
ELLA NOS LLEVARÁ A LA LUZ ETERNA. A LA NUEVA JERUSALEN
pase de largo de vuestras casas.
Viene el Siervo entre los siervos: lo hace, además,
montado en un pollino
nos dirá que, por el camino de la humildad, el que es Rey y Señor
nos empuja a caminar, paso a paso, hacia el encuentro definitivo con Dios
Y, antes de ascender a la cruz,
donde después de exprimirse su cuerpo será luz
Y porque en las horas de su pasión,
no quiere estar sólo sino hacernos confidentes
a los que creemos en El
nos sentará también a nosotros: nos hablará de Tú a Tú
nos hará conocedores de sus más nobles e íntimos sentimientos
Y, porque nos ama como nadie nos ha amado, hasta el extremo
doblará su cuerpo y sus manos buscarán nuestros pies.
¿A esto nos convoca el Señor? ¡Sí! ¡Pascua es fiesta del amor!
Nos convoca, el Señor, a la Eucaristía,
fuente y cumbre de la vida cristiana
en ella, con su Cuerpo y Sangre infundiendo valor
no nos faltarán las fuerzas necesarias para amar como El amó
para servir como el sirvió y para ser fieles al que El obedeció: a Dios
Nos convoca, el Señor, a la oración por los sacerdotes: don y tarea
Don, porque es regalo del Señor y, tarea, porque está condicionado
por nuestros errores, como personas, y por nuestras debilidades
Subiendo, camino del Gólgota, fingiremos no haberle conocido
¿Yo? ¿Qué tiene que ver Jesús conmigo? ¿Yo no soy de los suyos?
Nuestro silencio y timidez, en el día a día de nuestras vidas,
hacen que, Jesús, sea alzado en la cruz sólo…con María y Juan a sus pies
El Señor nos convoca, con su cruz a la luz.
No nos llama a permanecer atentos al madero sino al sepulcro.
Ya, El, en cuerpo y alma descenderá
para que nosotros no permanezcamos para siempre
Y, Jesús, que es más fuerte que la muerte….
la dinamitará por sus cuatro costados
Saldrá resucitado (no revivido) para no morir nunca jamás.
¡Id y anunciad lo que habéis visto!
A eso nos empuja Cristo. Por eso ha entrará triunfalmente en Jerusalén
nos redactará el mandamiento del amor (en escrito y visualmente),
lo veremos como Sacerdote de la Nueva Alianza o atravesado en la cruz
¡POR NOSOTROS! ¡POR NOSOTROS LO HARÁ EL SEÑOR!
Y, lo mejor de todo, es que hará con en nuestros cuerpos
una transfusión de VIDA ETERNA…
Ya no necesitaremos pañuelos para enjugar nuestras lágrimas
Ni motivaciones para hacer más alegre nuestra existencia
Cesarán los ídolos y los pequeños dioses ante los que nos postramos
y, al fondo, detrás de la cruz….a sus pies…muy cerca de ella
como Juan y María, hijo y Madre, Madre e hijo,
aguardaremos nuestra hora definitiva: nuestra pascua personal
¡HA MERECIDO LA PENA LA CRUZ!
ELLA NOS LLEVARÁ A LA LUZ ETERNA. A LA NUEVA JERUSALEN
Disfrutemos, hermanos y amigos, vivamos y hagámonos “uno”
en ese Cuerpo y Sangre que va a ser derramado en la Cruz Redentora
Amén
Javier Leoz. Semana Santa 2017
Delegado de Religiosidad Popular
Diócesis de Pamplona y de Tudela
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