Quinto
día .
Martes 22 de abril
de 2014
"Hoy
tráeme a las almas de los hermanos separados y
sumérgelas en el mar de Mi
Misericordia.
Durante Mi amarga Pasión, desgarraron Mi cuerpo y Mi Corazón, es decir, Mi
Iglesia. Según regresan a la Iglesia, Mis llagas cicatrizan y de este modo
alivian Mi Pasión".
Roguemos por los hermanos separados que creen en Cristo pero que desgarran
su
Cuerpo Místico, para que vuelvan pronto a la unidad de la Santa
Iglesia.
Jesús sumamente
misericordioso, que eres la bondad misma, Tú no niegas la luz a quienes Te
la piden. Acoge en la morada de Tu muy compasivo Corazón a las almas de los
hermanos separados que creen
en Ti y
llévalas con Tu luz a la unidad con la Iglesia; no las dejes alejarse de la
morada de Tu compasivísimo Corazón, sino haz que también ellas glorifiquen
la generosidad de Tu Misericordia.
Padre Eterno, mira
con Misericordia
a las almas de los hermanos separados que creen
en Cristo y
que han malgastado Tus bendiciones y han abusado de Tus gracias por
persistir obstinadamente en sus errores. No mires sus errores, sino el
Amor
de Tu Hijo y la amarga Pasión que sufrió por ellos, ya que también ellos
están acogidos en el sumamente compasivo Corazón de Jesús. Haz que también
ellos glorifiquen Tu gran Misericordia
por los siglos de los siglos. Amén.
Sugerencia de textos para
meditar en este quinto día de la Novena
Jesús dijo esta
parábola: Si alguien tiene cien ovejas y pierde una ¿no deja acaso las
noventa y nueve en el campo y va a buscar a la que se había perdido
hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, la carga sobre sus hombros,
lleno de alegría, y al llegar a su casa llama a sus amigos y vecinos y
les dice: Alégrense conmigo, porque encontré la oveja que se me había
perdido. Les aseguro que, de la misma manera habrá más alegría por un
solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no
necesitan convertirse. (Lc. 15, 1-7).
La parábola continúa
con el relato de otras dos: la mujer que encuentra la moneda extraviada
y la del hijo pródigo, cuyo padre organiza un banquete con motivo del
retorno de quien se había alejado de la casa malgastando los bienes
familiares. En todas ellas descubrimos que Dios sale al encuentro del
pecador para perdonarlo e incorporarlo a la vida divina.
Esta acción maravillosa de misericordia hoy se ejerce a través del Sacramento de la Reconciliación. Jesús se presenta en la reconciliación como fuente de misericordia que purifica, consuela, perdona y devuelve la vida.
Santa Faustina explicaba que en el sacramento del perdón, es donde tienen lugar los milagros más grandes, la miseria del alma se encuentra con el Dios de la Misericordia. "Basta acercarse con fe -le decía Jesús- a los pies de mi representante. Yo mismo te espero en el confesionario, solo que oculto en el sacerdote".
Para subrayar la importancia de este sacramento el Señor ha querido que sea una condición necesaria para alcanzar la promesa del perdón total en la Fiesta de la Divina Misericordia, el Domingo siguiente al de Pascua de Resurrección en donde el Evangelio de la Misa habla, precisamente, del perdón de los pecados.
Esta acción maravillosa de misericordia hoy se ejerce a través del Sacramento de la Reconciliación. Jesús se presenta en la reconciliación como fuente de misericordia que purifica, consuela, perdona y devuelve la vida.
Santa Faustina explicaba que en el sacramento del perdón, es donde tienen lugar los milagros más grandes, la miseria del alma se encuentra con el Dios de la Misericordia. "Basta acercarse con fe -le decía Jesús- a los pies de mi representante. Yo mismo te espero en el confesionario, solo que oculto en el sacerdote".
Para subrayar la importancia de este sacramento el Señor ha querido que sea una condición necesaria para alcanzar la promesa del perdón total en la Fiesta de la Divina Misericordia, el Domingo siguiente al de Pascua de Resurrección en donde el Evangelio de la Misa habla, precisamente, del perdón de los pecados.
http://juanpablomagno.org/DivinaMisericordia/DivinaMisericordia.Novena.htm
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