La familia
"La familia está llamada a ser templo,
o sea, casa de oración: una oración sencilla, llena de esfuerzo
y ternura. Una oración que se hace vida, para que toda la vida se convierta
en oración".
"A una familia que hace oración no
le faltará nunca la conciencia de la propia vocación fundamental:
la de ser un gran camino de comunión".
"La familia es para los creyentes una experiencia
de camino, una aventura rica en sorpresas, pero abierta sobre todo a la gran
sorpresa de Dios, que viene siempre de modo nuevo a nuestra vida".
"El hombre es esencialmente un ser social;
con mayor razón, se puede decir que es un ser familiar".
"El futuro depende, en gran parte, de la familia,
lleva consigo el porvenir mismo de la sociedad; su papel especialísimo
es el de contribuir eficazmente a un futuro de paz".
Que toda familia del mundo pueda repetir con verdad
lo que afirma el salmista: "Ved qué dulzura, qué delicia,
convivir los hermanos unidos" (Sal 133, 1).
"El matrimonio y la familia cristiana
edifican la Iglesia. Los hijos son fruto precioso del matrimonio". (Familiaris
Consortio 14, 16)
La acogida, el amor, la estima, el servicio múltiple
y unitario -material, afectivo, educativo, espiritual- a cada niño que viene
a este mundo, debería constituir siempre una nota distintiva e irrenunciable
de los cristianos, especialmente de las familias cristianas; así los niños,
a la vez que crecen "en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y
ante los hombres", serán una preciosa ayuda para la edificación de la comunidad
familiar para la misma santificación de los padres. (Familiaris Consortio, 1981)
La familia es "base de la sociedad y el lugar
donde las personas aprenden por vez primera los valores que les guían
durante toda su vida".
"Los padres tienen derechos y reponsabilidades
específicos en la educación y la formación de sus hijos
en los valors morales, especialmente en la dificíl edad de la adolescencia".
"Los
padres de familia que tienen la responsabilidad de la educación
humana y cristiana de los hijos, confiando también en la ayuda experta de educadores
y catequistas serios y bien formados".
"Ayudad a vuestros hijos
a salir al encuentro de Jesús, para conocerlo mejor y para seguirlo, entre las
tentaciones a las que están continuamente expuestos, sobre el camino que lleva
a la auténtica felicidad".
"Todos
los católicos, en especial los casados deben ser los primeros en testimoniar
la grandeza de la vida conyugal y familiar con una acción catequética
y educativa más incisiva y constante, que permita incentivar el ideal cristiano
de comunión conyugal fiel e indisoluble".
"Políticas
familiares
basadas
en la esterilización masiva, en
la promoción del aborto o del divorcio producen
«resultados dramáticos»: la desintegración de la célula fundamental
de la sociedad".
Fuente: http://www.aciprensa.com/juanpabloii/pensamientos.htm
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Decálogo de la serenidad.
Sólo por hoy trataré de vivir exclusivamente el día, sin querer resolver el problema de mi vida todo de una vez.
Sólo por hoy tendré el máximo cuidado de mi aspecto, cortés en mis
maneras, no criticaré a nadie y no pretenderé mejorar o disciplinar a
nadie sino a mí mismo.
Sólo por hoy seré feliz en la certeza
de que he sido creado para la felicidad, no sólo en el otro mundo, sino
también en este.
Sólo por hoy me adaptaré a las circunstancias, sin pretender que todas las circunstancias se adapten a mis deseos.
Sólo por hoy dedicaré diez minutos de mi tiempo a una buena
lectura, recordando que, como el alimento es necesario para la vida del
cuerpo, así la buena lectura es necesaria para la vida del alma.
Sólo por hoy haré una buena acción y no lo diré a nadie.
Sólo por hoy haré por lo menos una sola cosa que no deseo hacer, y
si me sintiera ofendido en mis sentimientos, procuraré que nadie se
entere.
Sólo por hoy me haré un programa detallado. Quizá no
lo cumpliré a cabalidad, pero lo redactaré y me guardaré de dos
calamidades: la prisa y la indecisión.
Sólo por hoy creeré
aunque las circunstancias demuestren lo contrario, que la buena
providencia de Dios se ocupa de mí como si nadie más existiera en el
mundo.
Sólo por hoy no tendré temores. De manera particular no tendré miedo de gozar de lo que es bello y creer en la bondad.
Juan XXIII
ORACIÓN PARA PEDIR UNA GRACIA POR LA INTERCESIÓN DE SAN JUAN XXIII
Dios, Padre amado, que nos diste como Santo Padre a San Juan XXIII,
llamado por todos el Papa de la paz y el Papa bueno,
te pedimos, Padre, por su intercesión ser portadores en esta tierra
del don maravilloso de tu paz y ser por tanto hombres
y mujeres de diálogo, comprensión y tolerancia.
Ayúdanos, Señor, a ver a todos los que nos rodean
como hermanos e hijos de un mismo Dios y a buscar
en todo momento el entendimiento sin desvirtuar tu luz y tu verdad.
Queremos, como San Juan XXIII, que nos reconozca el mundo entero porque,
como discípulos tuyos, nos amamos unos a otros.
Gracias por este ejemplo de virtudes.
Y unidos a todos los santos del Cielo y en especial a este Papa bueno,
te suplico, Padre, esta gracia particular que necesito (.......).
Gracias te doy de antemano,
Señor, porque estoy seguro de que me será
concedida por el ruego de tan gran intercesor.
Amén.
Padre nuestro, Avemaría y Gloria.