Se reza en Praga desde hace 350 años y la recomendaba
el Padre Cirilo, Carmelita, el gran propagador de la devoción
al Niño Jesús.
Oh, Niño Jesús, a tí recurro y te pido que, por intercesión de
tu Madre Santísima quieras asistirme en esta Necesidad
(se expone)
porque creo firmemente que tu divinidad la puede socorrer.
Espero con toda confianza obtener tu Santa gracia.
Te quiero con todo mi corazón y con todas las fuerzas de mi
alma.
Me arrepiento sinceramente de todos los pecados y te suplico,
buen Jesús, que me des la fuerza para triunfar.
Me propongo no ofenderte más y me ofrezco a ti dispuesto
a sufrirlo todo.
Antes que darte el menor disgusto.
De ahora en adelante quiero servirte fielmente, y por amor tuyo,
oh Divino Jesús, quiero amar a mi prójimo como a mi mismo.
Niño Omnipotente, Señor Jesús, de nuevo te suplico:
Asísteme en esta situación (decirla) concédeme la gracia de
Poseerte eternamente con María y José y te adoraré con todos
los santos Ángeles en la corte del Cielo.
Amén
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