" El Misterioso Cuaderno de los Sueños"
(Visiones de Santa Anna Schäffer)
En estos sueños relacionados con el Purgatorio, Anna ve sufrir espantosamente a las pobres almas porque comprenden con total claridad el mal que hicieron al no haber amado con todo su corazón al Señor. La separación del Infinito Bien por propia culpa, constituye el más grande de los dolores de estas pobres almas. El deseo del Amor Eterno las atormenta de modo increíble.
Muchas personas, creyendo a sus familiares ya en el Cielo, dejan de orar y ofrecer sufragios por ellas, quedando estas pobres olvidadas en el lugar de purificación. Por desgracia, muchos piensan que el Purgatorio es como un simple paseo casi sin dolor, pero la nostalgia de aquel Dios vislumbrado en el momento del juicio no puede dejar de torturar al alma. Dios es santísimo, y sólo si el alma está del todo limpia, puede estar delante de Él. Y ya que Dios es justísimo, las deudas deben ser pagadas... "hasta el último céntimo" (Mt. 18, 34), como dice el Señor.
Pobres almas.
El viernes 19 de abril de 1918, desde las 4 hasta las seis, soñé que me encontraba en la iglesia. De rodillas ante el altar mayor, adorando a Jesús en la Eucaristía, recé largamente. De repente todo se iluminó y vi entonces a aquel Corazón que tanto ha amado a los hombres, envuelto en un indescriptible esplendor de él salían rayos. Continué rezando, encomendando a Jesús muchas almas. Cada vez que rogaba por un alma(ya fuera conocida o desconocida), salía del Sagrado Corazón un rayo que venía a caer sobre el alma por la cual rezaba, a la cual yo veía en ese momento. En el sueño yo rogaba de esta manera: " Jesús mío, misericordia". En un instante me hallé rodeada de muchas almas; me pareció que todas estaban abandonadas, y me decía: " ¡ También por mí! ". Eran demasiadas, tantas que no me era posible verlas a todas, lo cual me llevó a sentir mucha angustia, y comencé de nuevo a decir: ¡ Jesús mío, misericordia !. Cada vez que decía esa jaculatoria, del tabernáculo salía un torrente de luz que parecía iluminar toda la tierra; después me desperté.
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