San José, hombre tranquilo y noble por naturaleza, durante tu vida diste pruebas de atenta cortesía y de calurosa acogida.
Ayúdanos a descubrir aquellos gestos cotidianos y espontáneos que nos hacen imagen viva de la disponibilidad con que Dios nos invita a entregarnos sin reservas para estar pendientes de las necesidades del prójimo, e imitarte.
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu comentario, me alegra el alma