Un Poema hecho Oración
No me busques en la grandeza,
de los hombres sus aplausos,
su reconocimiento es el arrebato
de un instante que rápido se desvanece;
aprietan sus propios intereses
el premio a su exaltación fugaz
vanidad de toda vanidad.
No me busques en la cúspide del mundo
y sus honores;
los que da según su antojo,
su gloria dura poco:
sólo un instante y se pierde,
rápido pasa factura, inmediato llega el olvido.
No me busques entre placeres y lujos,
no son más que efímeros gustos.
Satisfacen un instante:
el hambre se vuelve insaciable,
la sed insoportable,
la inanición llega pronto;
muerte al espíritu indómito.
Búscame donde nadie va por gusto;
búscame en la tristeza y en la soledad de un instante.
Búscame en el llanto de un abandono;
búscame en la humillación de un despojo.
Búscame entre los que lloran su tragedia, esa que a nadie importa;
búscame entre los que son dejados a la orilla de algún camino.
Búscame entre los que sueñan un mundo nuevo,
uno que les reconozca , que los mire al menos una vez a los ojos.
Búscame entre los desahuciados,
aquellos que son los últimos,
los que nadie aplaude solo los ángeles en cielo,
cuando al fin descansen de haber sido ignorados.
¿Me quieres?
Búscame entre los que se humillan,
aquellos que dispuestos siempre están;
y ahí te exaltaré,
y en ti mi hogar haré,
y una vez, y cada vez, y siempre,
jamás de ti me alejaré.
-Amén-
(Jesús)
P. Yerko Reyes
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