Señor, enséñame a ser más compasivo, a amar y perdonar sin dar espacio al rencor, a servir con humildad como tu Santa Madre María. Que gusto es tener a María como el mejor ejemplo de discípulo. Ella me enseña a ser dócil a tu Palabra, a meditarla en el corazón. María es la gran servidora, tu esclava fiel que siempre se dejó guiar por tus promesas. Como ella, quiero vivir esperanzado, creciendo en generosidad. Gracias por dármela como Madre, gracias por todas las bendiciones que a través de ella me das y por colocarla como la mejor modelo a seguir.
Amén
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