De los comentarios de san Agustín, sobre los salmos (Salmo 37)
Tu deseo es tu oración; si el deseo es continuo, continua
también es la oración.
No en vano dijo el Apóstol: Orad sin cesar. Pero ¿Acaso sin
cesar nos arrodillamos, nos postramos, elevamos nuestras manos, para que poder
afirmar que oramos sin cesar? Si decimos que sólo podemos orar así, creo que es
imposible orar sin cesar.
Pero existe otra oración interior y continua, que es el deseo.
Cualquier cosa que hagas, si deseas aquel reposo en Dios, no interrumpes la
oración. Si no quieres dejar de orar, no interrumpas el deseo.
Tu deseo continuo es tu voz, es decir, tu oración
continua.
Callas cuando dejas de amar. Se han callado aquellos de quienes
se ha dicho: Al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría.
La frialdad en el amor es el silencio del corazón; el fervor del
amor es el clamor del corazón. Mientras la caridad permanece, estás clamando
siempre; si clamas siempre, deseas siempre; y, si deseas, descansas en Dios.
Intimidad
con Dios=Santidad
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu comentario, me alegra el alma