Señor, gracias por estar atento a mis ruegos y darme las
bendiciones que me hacen falta para continuar firme en mis luchas por mi camino
de vida.
Ayúdame a no tropezar, a discernir lo que es correcto y lo que no
para mi vida. Que tu Palabra me infunda paciencia y consuelo para no
desesperarme.
Dame sabiduría para realizar bien las cosas. No quiero fiarme por
lógica del mundo, sino quiero sentirte y encontrarte en cada situación que
vivo.
Quiero desprenderme de ese materialismo que me lleva por caminos de
vanagloria, llenos de egoísmo y de soberbia que me distancian de tu felicidad.
No quiero que mi apego a los bienes y la búsqueda de triunfos
pasajeros sean aquellas 30 monedas de plata por las que yo pretenda cambiarte.
No quiero contarme entre los traidores que han antepuesto sus
logros y éxitos personales antes que servirte y amarte por sobre todas las
cosas.
Que seas Tú mi primera prioridad. Confío en la certeza de tu
Palabra de que si te elijo como centro de mi vida todo lo demás se me dará por
añadidura.
Toda mi vida te la encomiendo a tu presencia porque a través de
ella quedan pulverizadas mis inseguridades. Confío en tu gracia santificante.
Amén
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