Entonces, el Hijo del Hombre debe ser levantado

Moisés produce la serpiente de bronce, Después de la pintura original de Ferraù Fenzoni (1562 -1645), siglo XVII, Grabado sobre papel © Colección Wellcome

Juan 3:7-15

Reflexión sobre el grabado

Primero veamos brevemente la historia del Antiguo Testamento a la que Jesús se refiere. Durante los 40 años de peregrinaje de los hijos de Israel en el desierto, en algún momento el pueblo se impacientó y se frustró. Empezaron a hablar en contra de Dios y de Moisés. Así que "el Señor envió serpientes ardientes al pueblo" (Números 21:6). Muchos fueron mordidos y murieron. Lamentando haber hablado en contra de Dios y arrepintiéndose de sus pecados, el pueblo acudió a Moisés para pedirle ayuda. Él oró por ellos, y el Señor proveyó un camino para que el pueblo fuera protegido. Dios instruyó a Moisés para que hiciera "una serpiente ardiente y la pusiera sobre un asta" (Números 21:6). Aquellos que habían sido mordidos vivirían si simplemente miraban la serpiente de bronce y se arrepentían.

Esa es la escena exacta que se muestra aquí en nuestro grabado del siglo XVII. Vemos serpientes que vienen del cielo en la esquina superior derecha. Vemos gente que murió por mordeduras de serpientes, otros que aún luchan con las serpientes y un grupo de gente a la izquierda detrás de Moisés mirando la escultura de latón, y siendo curados. Curiosamente, el artista, muy familiarizado con la historia del Antiguo Testamento y su relación con el Nuevo Testamento, ya ha representado la escultura de la serpiente de bronce en forma de cruz...

"Como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así corresponde al Hijo del Hombre ser levantado". Jesús cita la historia de Moisés a Nicodemo en la lectura de hoy, para prefigurar su propio acto de salvación a través de ser levantado en la cruz él mismo. La gente que mira la cruz, sigue la cruz y reza a Jesús en la cruz ahora también será sanada...

By Patrick van der Vorst y Br Juan Carlos Arias Bonet, LC

 
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