La
Santísima Virgen María otorga siete gracias a las almas que la honren a diario
con la devoción de los siete dolores
La Santísima Virgen María otorga siete
gracias a las almas que la veneran diariamente diciendo siete Ave Marías y
meditando en sus lágrimas y Dolores.
Esta devoción fue propagada por la
mismísima Santa Brígida de Suecia, quien hizo la revelación de estas siete
gracias espirituales que la Santísima Virgen María está dispuesta a conceder. La
Virgen María prometió lo siguiente
- "Voy a conceder la paz a sus familias."
- "Ellos serán iluminados sobre los misterios divinos."
- "Los consolaré en sus dolores y voy a acompañarlos en su trabajo."
- "Voy a darles todo lo que piden, siempre que no se oponga a la voluntad adorable de mi Divino Hijo o la santificación de sus almas."
- "Yo voy a defenderlos en sus batallas espirituales con el enemigo infernal y voy a protegerlos en cada instante de su vida."
- "Yo visiblemente los asistiré en el momento de su muerte, y verán mi rostro."
- "He obtenido esta gracia de mi divino Hijo, que los que propaguen esta devoción a mis lágrimas y Dolores, a la hora de su muerte los llevaré directamente de esta vida terrenal a la felicidad eterna, ya que le serán perdonados todos sus pecados y mi hijo será su eterno consuelo y alegría".
Los siguientes, son los siete dolores
de la Virgen María con una lectura sugerida de la Biblia para cada dolor y
unas reflexiones que hemos colocado de guía para todos.
Estas reflexiones son únicamente
sugerencias, usted puede hacer sus propias meditaciones en su mente sobre los
siete dolores mientras reza las siete Ave Marías.
1.- Primer dolor: La profecía de Simeón:
Cita bíblica para meditar: Lucas
2,34-35
Reflexión
¡Cuán grande fue la sorpresa para el
Corazón de María al escuchar las palabras tristes, que el profeta
Simeón pronunció sobre la amarga Pasión
y muerte de su dulce Jesús, ya que en ese mismo momento se dio cuenta en su
mente, todos los insultos, golpes, y tormentos que los hombres impíos le debía
ofrecer al Redentor del mundo.
Pero una espada aún más aguda atravesó
su alma. Era el pensamiento de la ingratitud de los hombres a su amado.
Te acompañamos en este dolor, Virgen
Santa, y por los méritos del mismo, haz que seamos dignos hijos tuyos y sepamos
imitar tus virtudes.
Rezar el Ave María
2. Segundo dolor: La huida a Egipto:
Cita bíblica para meditar: Mateo
2,13-14
Reflexión
Considera el fuerte dolor que sintió
María, cuando San José fue advertido por un ángel, ella tuvo que huir de noche
con el fin de preservar su amado Niño de la masacre decretada por Herodes.
Qué angustia era la suya, al dejar
Judea, para que no dejarse alcanzar por los soldados del despiadado rey. Qué
grande fueron sus privaciones en ese largo viaje. Qué sufrimiento el dar a luz
en una tierra de exilio.
Te acompañamos en este dolor, Santa
Madre, y por los méritos del mismo, haz que sepamos huir siempre de las
tentaciones del satanás y sus secuaces.
Rezar el Ave María
3. Tercer dolor: La pérdida del Niño
Jesús en el templo:
Cita bíblica para meditar: Lucas
2,43-45
Reflexión
Qué temor tan grande y dolor que habría
sentido María, cuando vio que había perdido a su amado Hijo. Y para aumentar su
dolor, cuando ella lo buscó entre sus parientes y conocidos, no obtuvo noticias
de él.
Ni la fatiga, ni los obstáculos ni el
peligro se pudieron interferir en su búsqueda desesperada, inmediatamente
regresó a Jerusalén, y durante tres largos días lo buscó con gran dolor.
Grande también es mi confusión, oh alma
mía, cuando por tantas veces he perdido a Jesús por culpa de mis innumerables
pecados, y no he salido pronto a buscarle.
Oh María, te acompañamos en este dolor,
haz que nosotros nunca nos perdamos por malos caminos
Rezar el Ave María
4. Cuarto dolor: El encuentro de Jesús y
María en el Camino de la Cruz:
Cita bíblica para meditar: Lucas
23,27
Reflexión
Vengan, pecadores, vengan a ver si
pueden soportar tan triste espectáculo. Esta Madre, tan tierna y amorosa, se
encuentra con su Hijo amado, en el dolor y el sufrimiento de muerte.
Él se camina arrastrado hacia una muerte
cruel mientras sigue siendo torturado, herido, destrozado por los látigos,
coronado de espinas, desangrándose, llevando una pesada cruz.
Oh mi Dios, tenga en cuenta, mi alma, el
dolor de la bendita Virgen que contempló tanto su Hijo ¿Quién no es capaz de
llorar al ver el dolor de esta madre? Pero, ¿quién ha sido la causa de tales
sufrimientos? ¡Yo, soy yo el culpable, que con mis pecados lo he herido de
muerte y han herido también el corazón de mi madre con gran angustia! Mi
corazón se rompe a causa de mi ingratitud.
Por los méritos de este dolor, te
pedimos, Virgen Santa, que sepamos ser humildes como Él lo fue y soportar con
valentía las cruces y sufrimiento de cada día.
Rezar el Ave María
5. Quinto dolor: La Crucifixión y muerte
de Jesús:
Cita bíblica para meditar: Juan 19,
l8-25.27
Reflexión
Mira, alma devota, mira hacia el
Calvario, sobre el cual se colocaron dos altares de sacrificio, uno en el
cuerpo de Jesús, y el otro en el corazón de María.
Triste es ver a esa querida madre
ahogándose en un mar de dolor, al ver a su amado Hijo, que forma parte de su
propio ser, cruelmente clavado en la cruz. Como se puso de pie a los pies de la
cruz, traspasada por la espada del dolor, mirando los ojos de su hijo.
Te acompañamos en este dolor, Madre
virginal, y por los méritos del mismo, no permitas que jamás muramos por el
pecado y haz que podamos recibir los frutos de la redención.
Rezar el Ave María
6. Sexto dolor: Bajando el cuerpo de
Jesús de la Cruz y recibirlo en sus brazos:
Cita bíblica para meditar: Marcos
15,43-46
Reflexión
Considera el más amargo dolor que
desgarró el alma de María, cuando vio el cadáver de su amado Jesús sobre sus
rodillas, cubierto de sangre, todo desgarrado con heridas profundas.
Madre doliente ¿quién no podrá sentir
compasión de ti? Nicodemo, Juan y las otras Marías que te acompañaban, apenas
si podían soportar su dolor.
Te acompañamos en este amargo dolor,
Madre amadísima, y por los méritos del mismo, haz que sepamos amar a Jesús como
Él nos amó.
Rezar el Ave María
7. Séptimo dolor: El entierro de Jesús:
Cita bíblica para meditar: Juan
19,41-42
Reflexión
Considera los suspiros que provienen del
triste corazón de María al ver a su amado Jesús que lo colocaban dentro de la
tumba. Qué pena tremenda sufrió ella cuando vio que se levantaba la piedra para
cubriría esa tumba sagrada.
Ella miró por última vez el cuerpo sin
vida de su Hijo, y apenas si podía separar los ojos de esas heridas abiertas.
Y cuando la gran piedra fue rodada a la
entrada del sepulcro, oh, entonces sí su corazón parecía que se le arrancaron
de su cuerpo.
Te acompañamos en este dolor, Madre de
todos, y por los méritos del mismo, concédenos a cada uno de nosotros morir a
nuestra vida de pecado y resucitar gloriosos a una nueva vida en Jesús.
Rezar el Ave María
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