jueves, 30 de abril de 2020
“¡Que no vuelva a volar pegado a la tierra!”
Señor mío Jesús: haz que sienta, que secunde de tal modo tu gracia,
que vacíe mi corazón..., para que lo llenes Tú, mi Amigo, mi Hermano, mi Rey,
mi Dios, ¡mi Amor! (Forja, 913)
Me veo como un pobre pajarillo que, acostumbrado a volar solamente
de árbol a árbol o, a lo más, hasta el balcón de un tercer piso..., un día, en
su vida, tuvo bríos para llegar hasta el tejado de cierta casa modesta, que no
era precisamente un rascacielos...
Mas he aquí que a nuestro pájaro lo arrebata un águila –lo tomó
equivocadamente por una cría de su raza– y, entre sus garras poderosas, el
pajarillo sube, sube muy alto, por encima de las montañas de la tierra y de los
picos de nieve, por encima de las nubes blancas y azules y rosas, más arriba
aun, hasta mirar de frente al sol... Y entonces el águila, soltando al
pajarillo, le dice: anda, ¡vuela!...
–¡Señor, que no vuelva a volar pegado a la tierra!, ¡que esté
siempre iluminado por los rayos del divino Sol –Cristo– en la Eucaristía!, ¡que
mi vuelo no se interrumpa hasta hallar el descanso de tu Corazón! (Forja, 39)
miércoles, 29 de abril de 2020
San José
El Padre me ha enviado a revelar Mis Dolores y Gozos, como el
Camino, el Vía Crucis, el Recorrido de San José, para que en este Camino todos
aprendan de la humildad, de la mansedumbre, de la paciencia y de la confianza
absoluta en Dios
San José mi padre y señor, ruega por nosotros...
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