Hermosa poesía que
el P. Marcos Pizzariello SJ dice que le acercó una persona que había vivido en
estado de mediocridad; estado del que fue despertado un día cuando al entrar en
su habitación en un movimiento involuntario tiró un Crucifijo al suelo; el ver
los trozos en el suelo lo hizo reflexionar.
La tituló:“Oración para salir de la ambigüedad espiritual”:
Cayó mi cruz en el suelo,
y en pedazos deshízose tu cuerpo,
te vi quebrado y muerto.
¿Qué hice, Señor, por no matarte?
¿Qué hice, Señor, por no herirte?
Y al verte así por mí tan maltratado,
¿Qué puedo ahora decirte?
Quisiera rehacer todo lo hecho,
todos los trozos reunirlos nuevamente,
para asirlos otra vez en ese leño.
Quisiera, Señor, pero... no quiero;
que es este mi tormento:
este querer y no querer,
este llorar y no llorar,
este amar y no amar,
este empezar y no empezar.
Que se adentran las tristezas en mis huesos;
que no hay paz en mi alma cuando duermo;
que es terrible este ritmo de quebrantos;
que no sé, Señor, si yo te amo...
Pero... al verte así por mí tan maltratado,
quiero ahora querer, porque no quiero,
quiero ahora amar, porque no amo;
quiero ahora llorar, porque no lloro;
quiero ahora empezar, porque no empiezo.
En definitiva: quiero, quiero y quiero.
Con la gracia de Dios
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