Señor,
Tú eres la llave que trae la felicidad a mi vida y me lleva por caminos
seguros. Quiero mantenerme fuerte ante esas confusiones que vendrán a mi vida.
Tú eres
el Dios de las maravillas, el Dios de los gratos excesos, El que nos sostiene y
nos prepara un lugar apacible en el Reino de los Cielos.
Quiero
agradarte Señor, con palabras y acciones y poder entrar para siempre en tu
Santuario Divino. Colma mi vida de tu gracia para que mi corazón se mantenga
puro y recto, dirigido por tu amor.
Tú, el
Dios de los imposibles, has venido a mi vida para darme vida verdadera, para
fortalecerme y hacerme parte de los que disfrutarán los consuelos eternos.
Amén.
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