Señor, yo te he
elegido como centro de mi vida y quiero vivir mi fe unida a tu voluntad.
Tú, siendo Rey de
reyes, fuiste perseguido y humillado por hablar del perdón divino. Dame fuerzas
para soportar también mi cruz y las humillaciones que me toque vivir.
Sé que por pregonar
tu misericordia también seré odiado y apartado, pero es una cruz que estoy
dispuesto a aceptar con alegría sabiendo que mi meta es disfrutar de tus
promesas en el Reino de los Cielos.
Confío en que me has
dejado la fuerza en tus palabras y tu Espíritu para seguir con fidelidad tus
huellas. Eres mi Maestro. Te amo, cuenta conmigo.
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu comentario, me alegra el alma