Madre mía, a la hora
rezar, cuando comienzo a pedirte por mis intenciones y necesidades, me agobio
pensando en todas las personas y situaciones que requieren la ayuda de la
gracia divina que tú nos puedes conseguir. Los enfermos, los pobres, los que
sufren de hambre, mis familiares, los niños en peligro de ser abortados, las
madres que sufren, la paz en el mundo, entre otras cosas... y tantas personas e
intenciones particulares, además de todas las bendiciones por las cuales te
debo mi agradecimiento. Tengo más intenciones que cuentas en el rosario.
Pero sé que no he de
agobiarme. Creo que por la gracia de Dios tú sabes todas nuestras necesidades,
hasta las que nosotros mismos no sabemos. Ves a Dios, y a toda la creación en
Él, por la grandeza de tu santidad.
Da paz a mi corazón.
Te entrego todas mis intenciones, las que recuerdo ahora y las que no. No mires
a mis debilidades y pecados, sino a las necesidades que te presento, para mí y
para tantas personas que necesitan tu ayuda. Que todo sirva para la gloria de
tu Hijo Jesucristo, que es Dios y vive y reina para siempre. Amén.
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