Antes que nada
debemos entender que Jesús no reprocha a nadie el tener dinero y que te
preocupes por los bienes económicos. Él sabe que necesitamos de cosas
materiales también. Ahora bien, «No sólo de pan vive el hombre», pero también
de pan, es decir, de bienes materiales. El tema de fondo son las intenciones.
Es tiempo de entender que: somos seres que necesitamos amar y ser amados;
nuestro compromiso cristiano es dar y darnos a los demás, recibiendo con cariño
también esa entrega de los otros para con nosotros. Nuestra vida ha de ser más
importante que aquello que tenemos como riqueza material. Vivimos para tener y
no al revés. Ya que se disfruta mejor la vida, cuando sabes que tu vida no se
define por la cantidad de cosas que tienes; sino de dónde está tu corazón
porque valoras eso que tienes como un esfuerzo y una bendición.
EWTN
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