Señor, tu Palabra ilumina mi corazón para no sentirme derrotado. Tú
me dices que los primeros serán los últimos y los últimos los primeros, por eso
debo seguir tus pasos humildes.
Hazme comprender que sólo puedo ser un siervo fiel y útil cuando no
estoy atado a bienes pasajeros y que debo trabajar con alegría y sin queja
alguna.
Libérame de celos inútiles que siento por aquellos que pienso que
no se han esforzado en darte lo mejor. Lléname de confianza para sentir que
eres Tú quien me orientas.
Dame coraje y entusiasmo para llevar consuelo a los que con
dificultad te buscan. Gracias por animarme. Confío en tu poder y en la balanza
de tu justicia que radica en la verdad y el amor.
Amén
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