Si no confías es porque no tienes fe.
Simplemente porque no crees en que hay un Dios que vela por ti, y está
atento a tus necesidades.
Pero… ¿Por qué te pasa esto? ¿Cuál es la razón que te mantiene alejado
de recibir la bendición de Dios? ¿Es porque piensas que Él no te escucha, o
será porque tú no te tomas el tiempo para escucharlo a Él?
Cualquiera que sean tus razones, este es el momento de hacer un alto a
tu complicada agenda. Es hora de que te espabiles y comiences a contar las
bendiciones que Dios te regala hoy.
Empieza ahora mismo: mira a tu alrededor donde quiera que te encuentres,
empieza a admirar la gloriosa intervención del Señor en todo lo que te rodea.
Cuando tus sentidos despierten a la hermosura del día, sabrás de
antemano, que es Dios quien te regala un nuevo amanecer.
Cuando te des cuenta de que todo lo que posees es porque te lo obsequió
Dios, podrás agradecer tener una familia, un hogar, salud y un empleo entre
otras cosas.
Si piensas que tus hijos es meramente un producto de la unión
matrimonial, prepárate para entender, que tus hijos son criaturas creadas y
amadas por Dios a través de un plan perfecto.
Si crees que tu hogar es un refugio para guardarte del sol y la lluvia,
entiende ahora mismo, que tu morada es el templo sagrado que te brinda Dios
para que residas.
Si al conducir un auto, piensas que eres dichoso por poseer una
adquisición de último modelo; confiésate a ti mismo que Él te dió la
oportunidad de adquirirlo, para que disfrutes con tu familia un día de asueto,
y lo utilices para tus necesidades inmediatas.
Y tu empleo, ¡qué regalo más notable te dio Dios!, bien sabes que si no
tienes trabajo, tu familia no gozaría de un hogar colmado de alimentos y
cobija. Tu labor diaria es una ofrenda, para que vivas dándole gracias, por
poder traer a tu casa el pan de cada día.
Te invito que desde este momento, comiences a darte cuenta de todas las
bendiciones que te provee Dios; para que todos los días detengas tu paso, y
cuentes las maravillas que Él hace por ti y tu familia.
Por eso cree, ten fe en Dios ya que Él está contigo. De ahora en
adelante, quisiera que tomaras nota de todas la bendiciones que tienes frente a
ti.
¿Acaso crees que cada una de ellas son producto de tu buena voluntad y
amor a ti mismo? o ¿piensas que Dios es el autor de todo lo que posees?
¡Confía en Dios y dale gracias por todo y espera todo lo bueno que
proviene de Él!
En este día Padre Santo, miro cada regalo tuyo como una bendición.
Permíteme ver tu mano en todo momento, para que yo no olvide que Tú eres el
proveedor de todo lo que poseo…
Amén.
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