Señor, dichoso quien Te honra y camina por Tus sendas, porque Tú bendices el trabajo de sus manos y colmas de bien sus días. Hoy pongo ante Ti mi jornada, mis esfuerzos y mis decisiones; que todo nazca de un corazón que vive en Tu presencia, no por temor servil, sino por amor confiado y reverente. Bendice, Señor, mi casa y a quienes amo; que en ella florezca la vida como vid fecunda y crezca la esperanza como renuevos de olivo alrededor de la mesa compartida. Haz de nuestro hogar lugar de paz, de palabra justa y de gratitud, donde se reconozca Tu presencia en lo sencillo. Concédenos ver el bien que Tú derramas cada día, la prosperidad que viene de Ti y la paz que permanece de generación en generación; que contemplemos a los hijos de nuestros hijos y caminemos bajo Tu bendición todos los días de nuestra vida, y lo reconocemos con gratitud ante Ti, Señor, porque todo brota de Tu insondable amor.
FE y más FE.

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