Señor Jesús,
al llegar a los umbrales de la Navidad, cuando el día declina y la noche se abre,
ponemos nuestra vida delante de Ti con esperanza renovada.
No todo es fácil, Señor,
pero todo puede ser iluminado por Tu presencia. Porque Tú vienes, porque el Salvador nace, y cuando Tú naces, el corazón se fortalece. En este momento santo,
recuérdanos que la Navidad no es solo una fecha, sino un encuentro vivo, una promesa que se cumple cada vez que Te dejamos entrar.
Nace hoy y nace siempre en nuestros corazones.
Nace en nuestras luchas,
en nuestras familias, en quienes esperan, confían y no se rinden.
Que esta noche nos encuentre vigilantes y alegres, con la fe encendida y la certeza profunda de que contigo siempre hay esperanza.
Con gozo sereno Te esperamos, Jesús.
Ven, Señor, y quédate con nosotros.
Amén.
FE y más FE.

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