María, Mujer de silencio interior. No dijo nada a Isabel de su embarazo. No dijo nada a San José. No dijo a los pastores. Pero todos supieron que había llegado el Salvador.
Cuando Dios desea comunicar algo, Él mismo se encarga de hacerlo saber. Pero no quiere que "destaquemos", sino que seamos humildes, callados, amantes del silencio y de la oración. Por eso María es Maestra de oración y de silencio, de recogimiento interior. En el recogimiento surgen maravillosos brotes de vida que enraízan tu alma en Dios.
Con María, guardemos todas las cosas en nuestro corazón. Seamos amantes del silencio, de la prudencia y pensemos que Dios sabe todo, conoce todo. Imitemos a nuestra Madre Celestial, que ha vivido poniendo toda su confianza en Dios y creciendo en la fe de plenitud en plenitud.
Del muro del Facebook de Alejandro Maria
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