De un tiempo a
esta parte está apareciendo toda una variedad de autoadhesivos para los autos no
siempre oportunos y muchas veces atrevidos... pero nos sorprendió gratamente
que alguien tuviera hace ya tiempo la excelente idea de imprimir una que dice:
Sonríe, Dios
te ama.
Sí, sonríe
hasta que notes que tu constante seriedad y severidad se hayan desvanecido.
Sonríe hasta
entibiar tu propio corazón con ese rayo de sol de tu propia sonrisa.
Irradia tu
sonrisa: ponla al servicio de Dios y de tus hermanos; la sonrisa ha de ser el
instrumento de tu apostolado.
Y sonríe a
todos sin excepción:
a los que sufren soledad, a los tímidos,
a los tristes,
a los ancianos,
a los niños, a
los enfermos.
Y sonríe en
todas partes, sobre todo en tu casa y antes que en cualquier otro lugar, en la calle,
en la oficina, en el taller, en el medio de transporte.
Deja que todos
sean cautivados por la simpatía y belleza de tu cara sonriente.
Cuenta, si
puedes, el número de sonrisas que has distribuido entre los demás cada día, y
su número te indicará cuántas veces has llevado alegría, ánimo y optimismo en
el corazón de los demás.
Tu sonrisa
puede llevar esperanzas y abrir horizontes a los agobiados, a los deprimidos, a
los descorazonados.
Tu sonrisa
puede ser el camino para que otros vuelvan a creer en Dios.
Muchas veces
la gente se aparta no tanto de Dios ni de la fe cuanto de la forma antipática con
que les damos testimonio de Él.
Y, por último,
no te olvides de sonreírle también a Dios.
Sonríele a
Dios mientras aceptas con amor lo que Él te mande.
Si tú le
sonríes a Dios, descubrirás que Dios te sonríe a ti y así, te sentirás
plenamente feliz, porque la sonrisa de Dios penetra hasta el fondo del corazón
y purifica el alma.
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