𝐎𝐡 𝐕𝐢𝐫𝐠𝐞𝐧 𝐌𝐚𝐫í𝐚, 𝐌𝐚𝐝𝐫𝐞 𝐝𝐞 𝐃𝐢𝐨𝐬 𝐲
𝐌𝐚𝐝𝐫𝐞 𝐧𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚!
En este nuevo día que comienza, me
postro ante ti con humildad y amor.
Tú que eres la llena de gracia,
intercede por mí ante tu Hijo, nuestro
Señor Jesucristo.
Te ofrezco mi corazón, mis acciones
y mis pensamientos de este día.
Guíame con tu manto santo, protégeme
de todo mal y ayúdame a vivir según
la voluntad de Dios.
Haz que mi jornada esté llena de
caridad, paciencia y fe, para que pueda
ser un reflejo de tu fiat.
Oh Virgen Inmaculada, refugio de los
pecadores y consuelo de los afligidos,
ruega por mí, por mi familia y por el
mundo entero, para que la paz de
tu Hijo reine en nuestros corazones.
𝐀𝐌é𝐍.
Fuente:Louisa.gcia
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