9 de agosto
Hoy celebramos a Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein), filósofa, carmelita y mártir en Auschwitz.
Una mujer que supo unir la búsqueda de la verdad con la entrega total a Cristo.
Aquí un breve hilo sobre su vida y su testimonio:
Nació en 1891 en Breslavia (Polonia), en una familia judía practicante. Brillante estudiante, destacó en filosofía y fue discípula de Edmund Husserl, padre de la fenomenología.
Durante su juventud se declaró atea, pero la búsqueda intelectual de la verdad nunca la abandonó. Su lectura de la Vida de Santa Teresa de Jesús fue decisiva: “Esta es la verdad” —dijo al cerrarlo.
Fue bautizada en 1922 en la Iglesia católica. Años después entró en el Carmelo de Colonia, tomando el nombre de Teresa Benedicta de la Cruz. Allí unió la oración contemplativa con el estudio profundo.
Escribió obras filosóficas y espirituales de gran valor, como Ser finito y ser eterno, en las que buscó tender puentes entre la filosofía y la fe.
Durante el nazismo, su condición de judía la puso en peligro. Fue trasladada al Carmelo de Echt (Holanda), pero en 1942 fue arrestada junto a su hermana Rosa tras la protesta de los obispos contra la deportación de judíos.
El 9 de agosto de 1942 fue asesinada en las cámaras de gas de Auschwitz. Murió como hija de Israel y esposa de Cristo, en unión con su pueblo y por la gloria de Dios.
Dejó escrito: “Acepto la muerte que Dios me ha destinado, en total sumisión a su voluntad y por su gloria”. Palabras que resumen una vida de oblación.
San Juan Pablo II la canonizó en 1998 y la declaró copatrona de Europa en 1999. Su vida nos recuerda que la verdad y el amor llevan a la entrega total.
Catecismo, 2473: “El mártir da testimonio de Cristo hasta la muerte”. Santa Teresa Benedicta de la Cruz lo vivió hasta el final.
Fuente:Sacerdos in æternum
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejar tu comentario, me alegra el alma